La portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, confió en que el líder de Unidas Podemos acabe asumiendo esta decisión de Pedro Sánchez, «porque no creo que Iglesias, por una persona, vaya a sacrificar el interés general»
La portavoz del Gobierno español, Isabel Celaá, volvió a reiterar este viernes el llamado del presidente del Gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez, a que el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, acceda a la formación de un gobierno de coalición entre ambos partidos, bajo la condición de que él quede fuera del Ejecutivo.
«Aceptamos un gobierno de coalición», recordó Celaá en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consejo de Ministros.
En esa comparecencia, la portavoz gubernamental recordó que, en los últimos días, Pedro Sánchez ofreció a Unidas Podemos la posibilidad llegar a un acuerdo para formar un Gobierno de coalición siempre que Pablo Iglesias quede fuera del mismo.
En opinión de los socialistas –prosiguió Celaá– Pablo Iglesias «no cabe en el Gobierno» por «razones de peso a nivel político».
En distintas ocasiones los socialistas expresaron su rechazo a la entrada de Iglesias en el Ejecutivo, para evitar tener un gobierno bicéfalo con varios liderazgos.
Del mismo modo, desde el PSOE creen que la figura de Iglesias –que defiende el derecho a la autodeterminación de Cataluña– puede generar fisuras dentro del Ejecutivo a la hora de afrontar asuntos clave como la crisis territorial.
Sin embargo, Iglesias prometió lealtad a Pedro Sánchez si llega a entrar en el Gobierno y, además, defendió que su principal interés es ocupar ministerios desde los que aplicar políticas sociales, dejando a los socialistas las cuestiones estratégicas como Defensa, Exteriores o Interior.
En medio de esos relatos enfrentados, lo que sí es una certeza es que las negociaciones para la formación de Gobierno se encuentran en un punto muerto: el PSOE rechaza a Iglesias y Unidas Podemos no acepta el veto a su líder.
En la rueda de prensa ofrecida este viernes, Celaá acusó a Iglesias de impedir la formación de gobierno bajo una «pretensión inasumible de sacrificar el interés general por el interés de una persona».
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, fue el claro vencedor en las elecciones generales del pasado mes de abril, aunque necesita el apoyo de otras fuerzas políticas para ser investido en el Congreso de los Diputados.
Por el momento, Sánchez afronta la sesión de investidura, que arranca el lunes, con un rechazo claro de las fuerzas de derechas y sin apoyos suficientes entre las de izquierdas.
Para salir elegido, Sánchez necesita el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados (176) en la primera votación de la sesión de investidura, pero actualmente sólo tiene garantizados los 123 votos del PSOE y uno del Partido Regionalista Cántabro.
Unidas Podemos dispone de 42 escaños, por lo que su apoyo a Sánchez no garantizaría el éxito de la investidura, aunque sí le allanaría el camino para sumar otros apoyos entre distintas formaciones regionalistas e independentistas, que ya manifestaron su intención de facilitar la formación de Gobierno si hay acuerdo entre esos dos partidos.
En caso de no conseguir mayoría absoluta en la primera votación, Sánchez podrá ser investido en una segunda votación con una mayoría simple en la que el número de síes y abstenciones sea mayor que el de votos en contra.
Si esa segunda votación también resulta infructuosa, el rey de España realizará una nueva ronda de consultas entre los partidos políticos para decidir si vuelve a proponer un candidato a la investidura o si, por el contrario, convoca unas nuevas elecciones.
Si dos meses después del primer intento de investir a Sánchez el Congreso de los Diputados sigue sin haber sido capaz de nombrar a un presidente para la nueva legislatura, se procederá a una repetición electoral, tal y como establece la Constitución Española para esa contingencia.
Fuente: Sputnik
Continúa leyendo…