Según informó el Programa chino de vuelos tripulados, los restos del cohete Gran Marcha 5B entraron en la atmósfera y cayeron en el Océano Índico, informó Sputnik.
«Este 9 de mayo, a las 10.24 (2.24 GMT), los escombros del cohete portador Gran Marcha 5B entraron en la atmósfera de la Tierra y cayeron en las aguas, en un punto situado a 72.47 grados de longitud este y 2.65 grados de latitud del norte», dice el comunicado del organismo.
Se agrega que la mayoría de los escombros se quemó al entrar en la atmósfera. La corporación espacial rusa Roscosmos confirmó la desintegración de las piezas del cohete en la zona indicada.
«El domingo, el objeto entró en la atmósfera terrestre y hacia las 5:30 hora Moscú [02:30 GMT] se destruyó sobre el océano Índico», comunicó la empresa.
El cohete Gran Marcha 5B (Changzheng) con el módulo central de la estación orbital chin fue lanzado el 29 de abril desde la base espacial china de Wenchang, en la provincia de Hainan (sur).
Aproximadamente una hora después del despegue, el módulo, cuyo nombre, Tianhe, significa en chino Armonía de los cielos, alcanzó la órbita programada.
El cohete portador, por su parte, durante los últimos días se dirigió hacia la Tierra, ya sin combustible en su núcleo, pero totalmente fuera de control.
El tamaño del objeto, con una masa estimada de entre 17 y 21 toneladas y un tamaño de aproximadamente 30 metros, y la velocidad a la que avanzaba -unos 28.000 kilómetros por hora- motivó la activación de varios de los servicios de vigilancia espacial más importantes del mundo, entre ellos el Pentágono o el Servicio de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea (EUSST).
Esta agencia advirtió el viernes que los restos o «escombros» del cohete caerían en una región de la Tierra cubierta en su mayor parte por el océano o áreas deshabitadas, y que la probabilidad estadística de un impacto en suelo en áreas pobladas era baja.
Por su parte, China había asegurado que era “altamente improbable” que los restos del cohete causaran daños al caer y apostaban por su desintegración al chocar contra la atmósfera, donde puede provocar temperaturas de entre 3.000º hasta 10.000º, dependiendo del ángulo de entrada, la forma o el tipo de material. “La mayoría de los restos del cohete se desintegrarán y se destruirán durante su reentrada en la atmósfera”, aseguró el portavoz del Ministerio de Exteriores Wang Wenbin.
No cayó en Chile
Desde el comienzo de este incidente, siempre se consideró que lo más probable era que cayera en los océanos, pero cabía la mínima probabilidad de que los pedazos de la nave llovieran sobre territorio chileno.
El sitio SpaceNews había alertado que debido a la inclinación orbital de 41,5 grados el cohete podría «pasar al norte de Nueva York, Madrid y Beijing, y tan al sur como el sur de Chile y Wellington, Nueva Zelanda, con lo que podría volver a la Tierra en cualquier punto cerca de estas zonas”.
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