Las controversias en el continente europeo por la crisis migratoria desatada desde la segunda guerra mundial a causa de los conflictos armados y problemas económicos continúan y atentan contra los derechos de los desplazados. Uno de esos ejemplos polémicos puede apreciarse en la decisión del Gobierno austriaco a no recibir 50 migrantes de los 450 a bordo de dos buques atracados en el puerto de Sicilia, Italia.
El canciller austriaco, Sebastian Kurz dirigió una carta al primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, para dar una respuesta negativa a la solicitud de aceptación de estos migrantes en Austria y sostuvo que su país ha recibido más refugiados que «muchos otros» países de la Unión Europea, en relación «al número de habitantes».
Sin embargo, el primer ministro italiano previamente autorizó en el puerto siciliano de Pozzallo el desembarco de 43 mujeres y 14 niños que se encontraban a bordo de las dos mencionadas naves.
Este domingo España, Francia, Alemania, Malta y Portugal todos miembros de la UE acordaron repartirse a los desplazados rescatados de un barco de madera, cada país recibirá 50 migrantes y desde este fin de semana esperan permiso para desembarcar.
Se presume que los 450 migrantes salieron en la mañana del pasado viernes desde el puerto de Zuara, costa Libia y fueron interceptados un día después en la isla de Lampedusa y evacuados a un barco italiano y otro de la agencia europea Frontex.
Según las autoridades, 176 están a bordo de la patrullera «Protector» de Frontex y otros 266 en la «Monte Sperone» de la Guardia de Finanza (policía fronteriza italiana) y ocho, entre ellos una embarazada, fueron trasladados a un hospital de Lampedusa.
De acuerdo con las cifras oficiales de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que va de año cerca de 50 mil migrantes han ingresado a Europa por el Mar Mediterráneo.
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