Antonio Guterres, secretario general de la ONU manifestó su profunda preocupación, por los primeros indicios de que los talibanes están imponiendo severas restricciones a los derechos humanos en las áreas bajo su control en Afganistán, por ello pidió a los talibanes dejar de inmediato su ofensiva, reseñó la agencia Anadolu.
«Incluso para un país que ha conocido trágicamente generaciones de conflictos, Afganistán está atravesando otro capítulo caótico y desesperado, una tragedia increíble para su sufrida gente», expresó Guterres a periodistas en la sede de la ONU en Nueva York.
Más de 1.000 personas murieron o resultaron heridas en el último mes debido a «ataques indiscriminados», particularmente en las provincias de Helmand, Kandahar y Herat, destacó Guterres.
«Los combates entre los talibanes y las fuerzas de seguridad afganas en entornos urbanos están causando un daño tremendo», lamentó el jefe de la ONU, quien agregó que más de 240.000 personas han sido desplazadas dentro de Afganistán a medida que las necesidades humanitarias crecen «por horas».
«Los hospitales se están desbordando. Los alimentos y los suministros médicos están disminuyendo. Las carreteras, los puentes, las escuelas, las clínicas y otras infraestructuras críticas están siendo destruidas. Cada día, el conflicto está cobrando un precio cada vez mayor para las mujeres y los niños. El conflicto urbano continuo significará una matanza continua, y los civiles pagarán el precio más alto», agregó Guterres.
Con rápidos avances en los últimos días, los talibanes han tomado el control de 15 de las 34 capitales provinciales del Afganistán.
La ONU ha advertido de una catástrofe humanitaria si los combates llegan a las calles de la capital, Kabul, luego de que los talibanes tomaran el jueves la ciudad estratégica de Ghazni.
El grupo insurgente se encuentra a solo 149 kilómetros (92 millas) al suroeste de Kabul, una ciudad que ha recibido en las últimas semanas a miles de desplazados.
El grupo también se apoderó de Pul-e-Alam, la capital de la provincia de Logar, que se encuentra a menos de 90 kilómetros al oeste de Kabul, aseguró el viernes el portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, en una serie de tuits.
Guterres manifestó que está «profundamente preocupado por los primeros indicios de que los talibanes están imponiendo severas restricciones a los derechos humanos en las áreas bajo su control, especialmente dirigidas a mujeres y periodistas».
«Es particularmente horroroso y desgarrador ver informes sobre como los derechos ganados con tanto esfuerzo de las niñas y mujeres afganas se les arrebatan. El mensaje de la comunidad internacional a quienes están en pie de guerra debe ser claro: tomar el poder a través de la fuerza militar es una propuesta perdida. Eso sólo puede conducir a una guerra civil prolongada o al aislamiento completo de Afganistán», agregó.
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