Si hay un concepto que el pueblo ucraniano no ha olvidado es el de socialismo. Al menos las generaciones mayores. No obstante, en las últimas décadas, producto de la intervención de potencias extranjeras, lejanas a la realidad eslava, los beneficios que tenía el pueblo producto de un socialismo profundo, se han ido deteriorando y varios perdiendo en un desmantelamiento que parece no tener fin.
El pueblo ucraniano ha de entender que las políticas de derecha van alineadas a la expansión de un modelo neoliberal que endeuda a las naciones y empeora los beneficios que el Estado prestó por años. Un modelo que busca privatizar empresas claves y tener mano de obra al menor costo posible.
El pueblo de ucrania que enfrenta el 30 de marzo una elección presidencial debe entender quiénes son los políticos que representan a la derecha e izquierda, los que tienen apoyo de naciones extranjeras, Rusia, países de la Unión Europea, o del mismo Estados Unidos y el largo lobby que se ha venido desarrollando en Kiev de la mano de Israel.
Ucrania y su economía, ha sido llevada a la bancarización de la sociedad como esperanza de vida. El tener casa propia , un hogar decente, hoy ya no es un derecho para las personas, que deben endeudarse por largos años, a tasas de interés totalmente usureras.
Es deber de los ciudadanos ucranianos identificar quién es quién en el juego electoral, definiciones tan claras como saber quiénes son los dispuestos a traer a la OTAN a las puertas de Rusia, o quienes son aquellos quienes no quieren una guerra aquí. Los Medios debiesen cooperar en ese sentido, más que restringirse a pasar la propaganda.
Para la Paz se hace necesaria la relación diplomática bilateral de dos pueblos eslavos, vecinos y aquí que no debiera haber conflicto armado alguno cuando el idioma que se habla es común en raíz para muchos, pero esa supremacía lingüística, no ha abierto Asamblea de la Paz, suficientemente fuerte como para detener la agresión.
Al contrario, se ha explotado un nacionalismo mal entendido con cooperación de medios irresponsables, en vez de un sentido de hermandad entre los miles de familiares que están a uno y otro lado de la frontera y que no quieren la guerra.
Por qué no incluir en la próxima papeleta electoral, la pregunta ¿Quiere el pueblo ucraniano el retiro de las tropas mantenidas en la frontera y el cese de la guerra con Rusia? Vote por sí o no.
Si gana el Sí proceda la fuerzas armadas obedientes al pueblo al retiro de la frontera, y establecimiento de punto de tránsito tripartito de Paz.
El desarme de la zona por parte de las milicias locales, de los rusos en retaguardia, el regreso a casa de las tropas ucranianas enviadas a morir en guerra que a la fecha solo ha traído dolor al pueblo de Ucrania.
Punto a aparte es el análisis del inicio de ésta guerra, guión que se ha repetido con sus particularidades en distintas partes de nuestro planeta, desde la “Primavera Árabe” en adelante.
Y es que un choque de modelos de desarrollo diferentes que se miran cara a cara, es lo que debiese ser una elección presidencial, al menos.
La posibilidad de elegir entre programas claros, más que por rostros y promesas de progreso, carteles con una cara fotoshopeada en una calle.
Y no queramos tapar el Sol con un dedo. De moda en ésta carrera electoral, está el tema del fin de la corrupción en una agenda de transparencia, que Estados Unidos ha instado fuera de sus fronteras mediante una agenda internacional, pero ha mantenido oscura en sus propias entrañas que se mueven entre regulación y desregulación.
Preguntas como ¿Existen techos para la acumulación individual o es acaso hasta el infinito? -como lo hace los neoliberales, los anarcocapitalistas que han saqueado a los Estados del Mundo mediante el juego de gobiernos corporativos denunciados por Salvador Allende en 1973 en el seno de Naciones Unidas- debiesen ser respondidas, pero no están en el debate.
Ucrania lo tiene todo para ser grande, pero para ello se necesita de un gran dialogo nacional y el cese inmediato de la guerra, que si el Presidente de turno no ha sabido detener, pues que sea el pueblo mediante la democracia quien lo decida.
Vayan entonces los soldados a reactivar la industria nacional alicaída, a no disparar contra un primo o un hermano, a detener la migración campo ciudad del pueblo empobrecido. Reactivar la agricultura campesina, el comercio justo, detener la usura y todo programador que se preste para el fin de la expansión del sistema de sacrificio premiado.
Detener la fuga de doctores y de cerebros, de conocimiento y pueblo trabajador de ucrania, por no tener como pagar un sueldo digno.
Mejorad la paga de profesores, valorizad toda reserva material y detener alza del costo de la vida del pueblo ucraniano, el incremento del acceso a la canasta básica no puede seguir creciendo, y los sueldos mínimos no pueden seguir sin reajuste, menos las pensiones comenzar a ser privatizadas o la inversión sacada del país, menos en momentos como el actual.
Para mi es claro, más que un Presidente lo que necesita Ucrania es una Nueva Constitución que emane de una Asamblea Constituyente amplia y participativa, que siente nuevas bases a la altura de los tiempos y haga fe de las bases éticas que como sociedad les mueven.
Es así también, justo y necesario, sacar a la derecha del poder y no dar cabida a que regresen a él con el mismo rostro o bien disfrazada bajo una sonrisa que obedece a los mismos oligarcas de ayer.
Atención ciudadanos y ciudadanas de Ucrania, es hora de virar a la izquierda, antes de seguir rumbo al precipicio por el cual los lleva la derecha enmascarada.
El Ciudadano