En Italia crecen las especulaciones de que Silvio Berlusconi, magnate y ex primer ministro de 85 años, sueña con agregar a su curriculum una nueva ocupación: jefe de Estado de Italia.
La posible candidatura surge a pocas semanas de la votación secreta en el Parlamento, prevista en enero, para elegir al nuevo presidente de la República de Italia, los candidatos no están claros para un cargo tan importante, sobre todo en los períodos de mayor crisis, reseñó la agencia AFP.
Se especula mucho sobre la posibilidad de que el actual primer ministro, el economista Mario Draghi, asuma la presidencia.
Frente a ello, Berlusconi, que tuvo recientemente problemas de salud además del coronavirus, está moviendo sus piezas en el complejo ajedrez político.
«Berlusconi lo intentará y podría tener éxito», aseguró a la AFP Gianfranco Pasquino, profesor de ciencias políticas de la Universidad Johns Hopkins de Bolonia.
El presidente de Italia es un cargo sobre todo prestigioso en una República parlamentaria, pero tiene el poder de disolver el Parlamento y por ello está llamado a mediar en las frecuentes crisis de gobierno como único árbitro.
El presidente saliente, Segio Mattarella, experimentado parlamentario, concluye su mandato después de siete años y fue fundamental para imponer a Draghi como líder de un gobierno de unidad nacional en febrero pasado después de que la coalición al poder colapsará.
Draghi, ex presidente del Banco Central Europeo, se niega a confirmar o a negar que aspira a llegar al cargo de jefe de Estado.
Actualmente gestiona el colosal fondo de más de 190.000 millones de euros (214.000 millones de dólares) que la Unión Europea (UE) otorgó para reactivar la economía tras la pandemia.
Muchos, incluido Berlusconi, creen que Draghi, de 74 años, debería permanecer en el cargo hasta las elecciones legislativas programadas para 2023 con el fin de garantizar las reformas que exige la UE.
Algunos expertos creen que podría desde la presidencia ejercer ese rol, lo que sería de todos modos una anomalía.
Para Lorenzo Codogno, ex economista del ministerio del Tesoro, Draghi puede «ejercer una influencia considerable … ser el garante de las reformas e inversiones que debe realizar Italia».
Un ministro podría ocupar temporalmente el cargo de jefe de gobierno mientras el Parlamento designa a un nuevo primer ministro.
Sin embargo, ese escenario corre el riesgo de desencadenar disputas entre partidos y conducir a elecciones anticipadas, en las que los partidos de derecha y extrema derecha podrían resultar vencedoras, según las encuestas.
Berlusconi, que irrumpió en la escena política en 1994 seduciendo a millones de italianos con su imperio televisivo, no confirmó ni negó su candidatura.
Paralelamente circulan varios nombres, entre ellos el de la ministra de Justicia Marta Cartabia, el del ex presidente de la Cámara de Representantes Pierferdinando Casini y el del comisario europeo de Economía y ex jefe de gobierno Paolo Gentiloni.
«El centro-derecha probablemente votará unido por Berlusconi en la primera vuelta. Será una especie de premio a la carrera», sostiene Codogno.
Sin embargo, considera que «no tiene posibilidades» de que logre reunir los votos suficientes para obtener sucesivamente la mayoría.
Durante las tres primeras vueltas el candidato debe obtener dos tercios de los votos de los votantes -senadores, diputados y representantes de las regiones- mientras que a partir de la cuarta vuelta basta la mayoría simple.
El magnate, que tuvo que cumplir en 2014 un año de servicio civil como pena por evasión fiscal, tiene «un pasado muy complicado» en su contra, según Pasquino.
Berlusconi está involucrado en dos juicios en los que se le acusa de haber sobornado a testigos para que mintieran sobre sus fiestas al ritmo de «bunga bunga» mientras era primer ministro , descritas por las chicas invitadas como fiestas sexuales.
Sin embargo, el fundador y líder del partido de centroderecha Forza Italia se esfuerza por presentarse como un hombre moderado, razonable, un estadista competente capaz de contener los excesos de la extrema derecha rebelde y antieuropea.
Incluso ha hecho propuestas al Movimiento 5 Estrellas (M5E), formación antisistema vencedora de las pasadas elecciones y que describió en 2018 como un grupo de incapaces que ni siquiera contrataría para limpiar su baño.
Franco Pavoncello, profesor de ciencias políticas en la Universidad John Cabot de Roma, aseguró a la agencia AFP que la probabilidad de que Berlusconi sea elegido es «baja».
«Además de la edad y de sus antecedentes, elegirlo suscitaría muchos interrogantes a nivel internacional», explicó.
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