El embajador ruso ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Vitali Churkin, anunció este martes que el Gobierno sirio logró recuperar la zona este de Alepo, la segunda más grande de Siria y en manos del Daesh (Estado Islámico) desde 2012.
El enviado especial de la ONU a Siria, Staffan de Mistura, indicó que solamente quedan unos 50.000 civiles en Alepo frente a los 275.000 iniciales y unos 1.500 combatientes, de los cuales un 30% pertenecen al Frente Fatá al Sham (antiguo Frente al Nusra).
Después de tres meses de intensos bombardeos, y bajo la amenaza directa de una masacre a manos del ejército de Bashar Al Assad y las milicias iraníes, los rebeldes que resistían en los últimos barrios del este de Alepo se rindieron. Este martes se anunció un acuerdo entre Rusia y Turquía a través del cual combatientes y civiles serían evacuados a la provincia de Idblid, al norte del país, aún bajo control de la oposición.
El acuerdo llegó luego de que la ONU denunciara públicamente que fuerzas progubernamentales han cometido al menos 82 asesinatos extrajudiciales de civiles en Alepo oriental. Según fuentes locales, las tropas pro-gubernamentales perpetraron masacres indiscriminadas casa por casa, donde se refugiaron miles de civiles, incluido mujeres y niños. De hecho, el organismo internacional contabilizó 13 niños y 11 mujeres asesinados en los últimos barrios de la zona este de la ciudad, de mayoría sunita.
UNICEF sospecha que un centenar de menores no acompañados que se separaron de sus familias podrían estar atrapados en un edificio de la zona sitiada.
Entre los rebeldes hay activistas que se oponen al régimen autoritario de Al Assad y que tampoco forman parte de los grupos yihadistas. Algunos, por ejemplo, se han dedicado a mantener en funcionamiento una red de escuelas clandestinas.
La evacuación supondría el fin de la batalla de Alepo y acabaría con el último enclave urbano de los rebeldes que se enfrentan al régimen de Al Assad, ante la inacción de la comunidad internacional. Sin embargo, los autobuses que tendrían que haber empezado a sacar gente en la madrugada, aún no se han movido de su lugar. Fuentes locales señalan que el acuerdo se aceptó por la presión internacional y del Consejo de Seguridad de la ONU, pero alertan de la posibilidad de que se lleve a cabo una gran masacre contra todos los rebeldes que quedan arrinconados en Idblid.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la evacuación se ha pospuesto porque las milicia iraníes, aliadas de Damasco, están poniendo condiciones de última hora sobre el número de civiles evacuados y su destino final.
La tregua para la evacuación habría permitido a los miles de civiles que lo desearan abandonar las últimas posiciones de los rebeldes en la ciudad del norte, donde llevan sitiados desde hace más de cuatro meses por el ejército, privados de medicamentos, servicios básicos y alimentos.
Funcionarios turcos y rusos se reunirán este miércoles para examinar un posible cese al fuego y la apertura de un corredor, comentó a Reuters un alto funcionario turco que solicitó el anonimato. Sin embargo, Moscú, el aliado más poderoso del Gobierno sirio, rechazó cualquier llamado inmediato de cese al fuego.
Gobierno asegura resguardo a los civiles
Por su parte, Saná, la agencia de noticias del régimen, asegura que el martes 3.000 personas fueron transferidas a los centros de desplazados bajo su control y que 375 combatientes rebeldes se entregaron a las tropas pro-gubernamentales como parte del acuerdo de amnistía.
Además, la ONU también denunció los crímenes cometidos por grupos de la oposición, como los de los yihadistas del antiguo Frente Al Nusra, ahora denominado Frente para la Conquista del Levante, quienes habrían impedido a civiles huir.
Una vez más, la comisión pidió a las partes en conflicto que permitan la evacuación de los civiles y que detengan los bombardeos indiscriminados contra la ciudad.