Refuerzos de milicianos iraníes y del grupo chií libanés Hizbulá -aliados del Gobierno de Damasco- fueron desplegados en los últimos días en zonas próximas a la frontera entre Siria e Irak, reveló hoy a Efe una fuente rebelde.
«El régimen ha enviado milicias de Hizbulá e Irán, junto a oficiales rusos, a las áreas de Al Sabea al Biar y Zaza», dijo por teléfono Abu Barzan al Sultani, «número dos» del llamado Ejército Negro del Este, vinculado al opositor Ejército Libre Sirio (ELS).
La formación de Al Sultani es uno de los grupos insurgentes que operan en el desierto del este de Siria y que en los últimos meses se han enfrentado a la organización terrorista Estado Islámico (EI).
Debido a la llegada de refuerzos progubernamentales a diario, «hemos detenido nuestra batalla para expulsar al ‘Dáesh’ (acrónimo en árabe de Estado Islámico) y hemos retrocedido para parar el avance del régimen», detalló el cabecilla opositor.
Al Sultani destacó que antes de este despliegue de los leales al presidente sirio, Bachar al Asad, los rebeldes luchaban contra el EI en la zona de Al Aliania.
Pese al respaldo de la aviación nacional y de la rusa, los milicianos progubernamentales no han logrado avanzar «ni un metro» hacia el paso fronterizo de Al Tanf, entre Siria e Irak, y controlado por los insurgentes, aseguró Al Sultani.
«El régimen se encuentra actualmente a 110 kilómetros de Al Tanf», precisó la fuente.
En Al Tanf, hay fuerzas de EEUU y de Noruega, que participan en operaciones especiales en el marco de la coalición internacional frente al EI y que ofrecen respaldo a facciones insurgentes sirias, según Al Sultani.
El Ejército Negro del Este lucha contra el EI en áreas desérticas del este de la provincia central siria de Homs, así como en la región de Al Qalamún, próxima a Damasco, y en el norte de Sueida, en el sur.
Esta facción del ELS está respaldada por una sala de operaciones «internacional» que tiene sede en Jordania y sobre la que Al Sultani no quiso dar más precisiones.