Al menos 30 personas murieron y 45 resultaron heridas en un doble atentado en la ciudad de Tartús, uno de los bastiones del gobierno sirio ubicado en la costa mediterránea del país.
Primero explotó un coche bomba a la entrada de la ciudad y luego hubo otro estallido generado por un terrorista suicida, que logró activar un cinturón de explosivos.
Aún se desconoce la organización que está detrás del suceso, aunque una serie de medios internacionales apuntan que fuerzas kurdas pueden estar detrás del ataque.
Con este ataque, ya son 40 los fallecidos este lunes por atentados en áreas bajo el dominio de las autoridades y de las fuerzas kurdas en Siria.
El Gobierno enfocado en el turismo
La imparable cifra de muertos que el conflicto en el país está dejando contrasta con una polémica campaña que el ministerio de Turismo sirio ha impulsado y que ha encendido e indignado a los usuarios de las redes sociales.
Con el eslogan «Siria, siempre bonita», el Ejecutivo sirio vende una imagen ideal del país: sol, mar y playa. El video forma parte de una ambiciosa campaña que también reivindica el patrimonio cultural del país, otro de los flancos atacados por el Daesh (Estado Islámico) desde el inicio del conflicto: destruyeron el Templo de Bel, el más importantes de las ruinas de Palmira, y el de Baal Shamin.
Con el lema «Pertenezco a», el régimen quiere reactivar la industria turística para promover la inversión en los vestigios culturales y religiosos.
La controversia se dio por presentar la imagen de un país perfecto para las vacaciones, mientras la realidad de los sirios y sirias es muy distinta: bombardeos diarios, civiles asesinados y un pueblo inmerso en una guerra civil devastadora y que, por ahora, no tiene fácil solución.