Al menos 184 personas, la mayoría de ellas civiles, murieron en una serie de seis atentados perpetrados por Estado Islámico este domingo en las ciudades sirias de Damasco y Homs. Según los últimos datos difundidos este lunes por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el saldo de víctimas mortales podría ser superior dada la gravedad de algunos de los heridos.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) se atribuyó en las redes sociales los atentados, que llevó a cabo en barrios de mayoría chií alauí, la comunidad a la que pertenece el presidente sirio, Bashar el Asad.
«La serie de explosiones que tuvieron lugar el domingo fue la más grande y sangrienta en todos los cinco años que dura la crisis», informó una fuente de la Media Luna Roja.
Los ataques se produjeron el día que el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, anunció haber logrado un «acuerdo provisional» con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, para un próximo alto el fuego en Siria.