Tras la noticia de que China ha empezado realizar hisopados anales para detectar a posibles portadores de COVID-19, el Gobierno de Tokio ha solicitado a Pekín que deje de usar este nuevo método —que las autoridades sanitarias locales consideran más preciso que los hisopados nasales— en residentes japoneses.
Katsunobu Kato, secretario jefe de gabinete, manifestó este lunes 1 de marzo en una rueda de prensa que las autoridades japonesas han recibido denuncias de algunos de sus ciudadanos, quejándose de que el procedimiento les había causado «sufrimiento psicológico», recoge el periódico The Mainichi.
El alto funcionario agregó que el Gobierno nipón continuará instando a China a librar a sus ciudadanos de este método de prueba, señalando que «no se ha aprobado en ningún otro lugar del mundo», reseñó la cadena RT.
La declaración de Kato llega una semana después de que algunos medios de EE. UU. reportaran que las autoridades chinas supuestamente obligaron a someterse a ese tipo de test a algunos miembros del personal diplomático estadounidense. Por su parte, el portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian, negó estas alegaciones.
El gigante asiático empezó a usar hisopos anales a finales de enero. De acuerdo con las autoridades sanitarias del país, este nuevo método aumenta la tasa de detección, identificando a los portadores silenciosos que dieron falsos negativos en muestras tomadas del tracto respiratorio superior.
No obstante, Pekín no prevé el uso masivo de estas pruebas y planea tomar muestras anales solo en algunas ciudades del país y en grupos clave de la población.
Fuente: RT.