Al menos 45 personas murieron, entre ellas varios niños y mujeres, y otras decenas resultaron heridas a causa de una explosión en un templo sufí en la provincia de Baluchistán (sur de Pakistán).
Shabir Ahmed, un oficial de la Policía tribal del distrito Khuzdar, indicó a la agencia de noticias EFE que la explosión se produjo por la tarde en el templo Shah Noorani del distrito de Khuzdar, en Baluchistán.
El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) asumió la autoría del atentado. Según un comunicado de la organización, cuya autenticidad no pudo ser comprobada, «el hermano mártir Abu Abdalá al Jarasani se lanzó contra una concentración de los apóstatas en Baluchistán, y en medio hizo detonar su chaleco explosivo».
Indicó que se trata de una zona entre montañas, de comunicación y acceso muy complicados.
«Estamos recibiendo más información, es una zona tribal, los heridos, algunos muy graves, están siendo enviados hacia hospitales«, añadió.
La oficina del primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, ha emitido un comunicado en el que condena con firmeza el atentado.
Pakistán ha experimentado una significativa reducción de la violencia extremista desde que en junio de 2014 lanzó una operación en las zonas tribales contra el TTP y otros grupos insurgentes, que ha registrado miles de muertos presentados como terroristas por el Gobierno de Islamabad y más de un millón de desplazados internos.
Pero Baluchistán ha continuado sufriendo graves ataques con 362 muertos en lo que va de año, muy por encima de los 135 de las zonas tribales, hasta hace poco el área con más mortalidad por violencia extremista del país, según la base de datos del Instituto de Estudios de Conflicto y Seguridad de Pakistán.
El pasado agosto, un suicida mató a 72 abogados en un hospital en el que se habían reunido por el asesinato una hora antes de otro prominente letrado.