Durante las últimas semanas dos crisis en el mar han conmocionado a la opinión pública internacional. La dramática búsqueda de los desaparecidos en el submarino Titán cuando realizaban una excursión a los restos del Titanic y la tragedia del barco pesquero que naufragó en las costas de Grecia, durante la cual pudieron haber muerto cerca de seiscientos migrantes cuando trataban de llegar a Europa.
Mientras que el caso del sumergible ha ocupado portadas de los diarios y ha acaparado los espacios de las televisoras de todo el mundo. El segundo fue destacado durante unos días y ha perdido foco mediático, aunque la ONU reclama que se siga investigando.
El contraste entre las dos historias es evidente. La riqueza de unos frente a la pobreza de los otros. La atención y medios técnicos y humanos dedicados a cada caso. La información puntual sobre la búsqueda en el Atlántico Norte y las dudas todavía sin resolver sobre lo sucedido en el Mar Jónico (extensión al norte del Mar Mediterráneo),
500 migrantes siguen desaparecidos en el Mar Mediterráneo
El 14 de junio saltaba la noticia del naufragio de una embarcación en las costas de Grecia y en un principio se divulgó que había un par de decenas de muertos. A medida que pasaron las horas, la cifra de fallecidos siguió aumentando y dos días más tarde se hablaba ya de 82 víctimas mortales y «cientos” de desaparecidos en las aguas del Mediterráneo.
La embarcación de entre 20 y 30 metros de eslora había zarpado de Egipto, hizo una escala en el este de Libia, donde embarcaron las personas migrantes, y después siguió rumbo a Italia. Tras abandonar Libia, naufragó a unos 80 kilómetros de la ciudad de Pylos, en el sur de la nación helena.
Entre los rescatados hay 43 son egipcios, 47 sirios, 12 pakistaníes y dos palestinos, según reportó EFE.
Como se desconoce exactamente cuántas personas iban a bordo en el barco, se habla de medio millar de seres humanos que seguramente se ahogaron.
barco pesquero Andria
Días después, específicamente el 18 de junio, la noticia de los migrantes que naufragaron en una embarcación en el Mediterráneo pasó a segundo plano porque cinco millonarios a bordo de un sumergible llamado Titan habían desaparecido camino a las profundidades del océano, en una excursión para ver los restos del Titanic.
De este modo, los medios de todo el planeta concentraron su mirada en los acaudalados que pagaron 250 mil dólares para ver un barco hundido y dejaron de lado el caso de los 500 migrantes desaparecidos.
A la par, la indignación inicial por la tragedia del Mediterráneo fue perdiendo fuerza, así como las reacciones de líderes religiosos, el secretario general de la ONU y miles de manifestantes que, en Grecia, protestaron contra las políticas migratorias de la Unión Europea.
La atención se centró en el amplio operativo de búsqueda y rescate del submarino Titán, que incluyó barcos, aviones y robots, y en si había algún signo de vida por parte de los cinco tripulantes.
Despliegue mediático ante la «tragedia» del Titán
Ayer jueves, se confirmó que los cinco pasajeros habían perdido la vida después de que los restos encontrados mostraran una «implosión» de la nave,
“Los restos son consistentes con una catastrófica pérdida de la presión de la cámara del Titán, cuya comunicación se perdió el domingo dos horas después de haber iniciado la inmersión con cinco personas a bordo», anunció el vicealmirante John Mauger del Primer Distrito de la Guardia Costera, tras efectuar un acompleja operación de búsqueda que incluyó barcos, aviones y robots.
«Apreciamos mucho las numerosas expresiones de apoyo en este operativo de búsqueda tan complejo. Nuestro sentido pésame a los amigos y seres queridos de la tripulación», expresó Mauger.
La compañía que organizó la expedición, OceanGate Expeditions, también indicó que daba por muertos a los ocupantes de la cápsula.
«Estos hombres eran verdaderos exploradores que compartían un espíritu distintivo de aventura y una profunda pasión por explorar y proteger los océanos del mundo. Nuestros corazones están con estas cinco almas y cada miembro de sus familias durante este trágico momento. Lamentamos la pérdida de vidas y la alegría que trajeron a todos los que conocían», añadieron en un comunicado.
Los medios siguen centrándose en las razones por las que el sumergible tuvo una «implosión catastrófica».
Se ha conocido que la empresa propietaria había sido advertida en varias ocasiones de la temeridad de sus expediciones turísticas al Titanic.
Los expertos en regulaciones marítimas y los marinos más experimentados dicen que el material y la forma de la nave siempre fueron motivo de preocupación, y agregan que OceanGate no debería haber esquivado los procesos de inspección de algún organismo independiente, que no es legalmente obligatorio pero sí de rutina en el sector de los sumergibles. Y también hay demandas judiciales anteriores que cuestionaron los estándares de seguridad de la empresa.
Sombra del naufragio se ciñe sobre elecciones generales en Grecia
Sin embargo, los diarios y televisoras continúan dando la espalda al hecho de que más de 500 migrantes siguen desaparecidos en el Mar Mediterráneo y a investigar realmente qué paso.
Según los guardacostas de Grecia la embarcación se hundió ante las costas del Peloponeso mientras uno de sus patrulleros estaba «observando de cerca» el pesquero.
No obstante, han surgido algunos testimonios que acusan a la Guardia Costera griega de haber intentado remolcar el pesquero donde se apretaban entre 500 y 750 personas, muchas de ellas niños y mujeres.
Ante estos señalamientos las autoridades griegas negaron que algo así haya ocurrido, pero el portavoz del Gobierno interino, Ilias Siakandaris, señaló a la televisión pública ERT que los guardacostas sí usaron una cuerda «para sostenerse y para acercarse (al barco), para ver si querían ayuda», pero nunca para remolcar la embarcación.
De hecho, el siniestro en el Mediterráneo, ha generado impacto en la recta final de las elecciones generales en Grecia, con una marcada tensión entre los dos principales contendientes, el conservador Kyriakos Mitsotakis y el izquierdista Alexis Tsipras.
Tsipras, exjefe de Gobierno y líder del opositor partido Syriza, ha expresado dudas sobre la versión de los hechos de la Guardia Costera respecto al naufragio y criticó duramente la política migratoria de Mitsotakis que, según señaló, no considera el rescate de vidas humanas como una «prioridad absoluta».
Mitsotakis, que busca la reelección tras estar cuatro años al frente del país, consideró durante un mitin electoral «muy injusto» que Tsipras y Syriza asuman que los guardacostas «no hayan hecho su trabajo».
Rescatados del naufragio acusan clima de terror
La controversia no queda en la actuación de los guardacostas, los rescatados del naufragio describieron un clima de terror impuesto por los traficantes de personas a cargo de la embarcación.
En uno de los testimonios, recogido por la televisión privada SKAI, uno de los sobrevivientes relató cómo uno de los traficantes al mando «pedía dinero y tenía una barra para aterrorizar» a los pasajeros.
Gracias a estos testimonios fue posible a nueve hombres de nacionalidad egipcia de entre los rescatados.
Indiferencia ante «la mayor fosa común submarina del planeta”
Lo cierto es que se desconoce el destino de estos más de 500 seres humanos, que seguramente pasarán a engrosar la lista de muertos en un mar (Mediterráneo) que es llamado por algunos medios «la mayor fosa común submarina del planeta”.
También se desconocen los esfuerzos para buscarlos y rescatarlos, lo que contrasta con el buque con capacidad para operar drones bajo el agua y varios aviones de la Guardia Costera estadounidense y de las Fuerzas Armadas canadienses, equipados con alta tecnología, y que trabajaron sin cesar para encontrar al submarino turístico desaparecido en el Atlántico y con cinco multimillonarios a bordo que iban a ver los restos del Titanic.
Cada historia es trágica y tiene matices distintos, la del Titan, forma parte de una travesía exclusiva y un caso aislado, La del Andriana, por desgracia, no. Se repite, con números de fallecidos y destinos distintos, pero con un denominador común, migrantes que huyen de sus países en busca de nuevas oportunidades.
Naufragios en el Mediterráneo se vuelven un hecho cotidiano
Las pateras y débiles embarcaciones siguen llegando a las costas europeas. Este mismo miércoles, a 150 kilómetros de las islas Canarias, en España, se registró el naufragio de una embarcación hinchable con cerca de 60 personas a bordo.
Según Helena Maleno, de Caminando Fronteras, estuvieron doce horas pidiendo auxilio. La mitad están desaparecidas. Entre los muertos recuperados, una niña pequeña, de entre cinco y ocho años.
Mientras los medios siguen enfocados en la tragedia del submarino Titan, las ONG siguen criticando la inacción de Europa frente a las repetidas tragedias del Mediterráneo.
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