El pasado miércoles tuvo lugar un triste suceso en California, en el Parque Zoológico Safari de San Diego: fallecía uno de los seis rinocerontes blancos del norte que existían en el planeta.
La fatal triste no se hizo pública hasta la noche del domingo, cuando los funcionarios del zoológico dieron el anuncio oficial de la muerte del casi extinto animal. Su nombre era Angalifu, era macho y tenía 44 años de edad. Según los expertos que exploraron el animal, éste murió por causas naturales. Durante mucho tiempo se intentó que Angalifu procreara junto a su compañera femenina en el zoológico, Nola, pero los esfuerzon nunca fueron exitosos.
En un comunicado, el curador de mamíferos del Zoológico de San Diego, Randy Rieches dijo que «la muerte de Angalifu es una tremenda pérdida para todos nosotros. No sólo porque era muy querido en el parque, sino también porque su muerte trae a esta maravillosa especie un paso más cerca de su extinción«.
Tras la muerte de Analifu sólo quedan en el mundo cinco ejemplares de rinoceronte blanco del norte, todos ellos en cautivero, cuatro hembras, y solo un macho. Los supervivientes son Nola, en el Zoológico de San Diego; una hembra que vive en un zoológico de la República Checa; y otros dos ejemplares hembra que se encuentran en una reserva en Kenia junto con Sudan, el último macho de la especie.
El problema, según ha informado Rendy Rieches, es que «desafortunadamente ninguno de los animales que están vivos están en condiciones para reproducirse, ya que el ejemplar que acaba de morir era el último macho con semen apto para la reproducción«.
Pero no todas las esperanzas están perdidas, al descartar cualquier posibilidad de reproducción natural, los ojos están puestos en la reproducción asistida. «Somos muy afortunados en el zoológico de San Diego porque tenemos no sólo semen congelado sino también cultivos de células de muchos otros rinocerontes blancos del norte que ya han muerto y también de otros que aún están vivos«, señala Rieches.
Con la ayuda de la ciencia, en el zoológico esperan «que en algún momento surja la oportunidad para reproducir al rinoceronte blanco del norte«.
En el año 1960 se calcula que habitaban el planta unos dos mil rinocerontes blancos del norte, pero en 1984 la población de la especie ya había caído al triste número de veinte ejemplares vivos.
«Hasta hace poco, la única población del rinoceronte blanco del norte que se conocía que vivía en la naturaleza se estaba aferrando a la vida en el Parque Nacional Garamba U en el noreste de la República Democrática del Congo, pero la continua guerra civil y los conflictos armados en la zona han resultado en la disminución de la población de la vida salvaje«, dijo al International Business Times un portavoz del grupo conservacionista Ol Pejeta.