El candidato de la derecha del Partido Republicano, Donald Trump, recuperó su aire “ganador” que tanto extrañó en los caucus de Iowa, y ganó la primaria de New Hampshire. Con un 34% dobló al contrincante más cercano, John Kasich, con un 15%.
En resultados que demuestran que cada primaria en un universo propio y que no proyecta una tendencia hasta bien avanzado el proceso, el resto de puestos dentro del competitivo Partido Republicano no tuvo ninguna relación con los resultados de Iowa. Si en ese estado Marco Rubio logró un fuerte tercer puesto, casi al nivel de Trump, en New Hampshire el hijo de cubanos llegó quinto con un 10%. El ganador de Iowa, Ted Cruz, llegó cuarto con un 12%.
New Hampshire es un estado completamente distinto a Iowa. Mucho menos religioso, y con un gran porcentaje de independientes, que pueden votar por uno u otro partido. En Iowa, los participantes en las asambleas populares, o caucus, deben registrarse en sus respectivos partidos.
En el lado del Partido Demócrata, el senador social-demócrata Bernie Sanders obtuvo un 58% contra un 40% de Hillary Clinton, al cierre de esta nota. El resultado no es un golpe demoledor para la ex primera dama, considerando que ya se preveía un triunfo claro de Sanders, toda vez que Vermont, el estado que representa, es fronterizo a New Hampshire, y su influencia se hace sentir. Hillary Clinton no pudo repetir su triunfo por 2 puntos contra el actual presidente Barack Obama en 2008, cayendo en segundo lugar tras el discurso social de Sanders que encantó mejor entre los independientes. Las encuestas a boca de urna confirmaron que el senador logró más del 70 por ciento de apoyo entre quienes se declaran independiente.
Sanders entregó un largo discurso de victoria recordando las bases programáticas de su agenda: impuesto a Wall Street para financiar una reforma educacional que de gratuidad a la enseñanza universitaria; cobertura de salud universal; terminar con la intervención militar en el Medio Oriente; y en general crear un sistema económico que disminuya las desigualdades, equilibre los salarios y distribuya mejor la riqueza del país.
Quizás el gran derrotado es nuevamente Jeb Bush, el hermano del ex presidente George W. Bush, que solo alcanza el cuarto puesto con 12%.
En contexto…
Aún es extremadamente temprano en la carrera presidencial de primarias para definir cualquier tendencia. El 1 de marzo habrá primarias en varios estados en una misma jornada, haciendo crecer de forma exponencial las proyecciones de cada candidato. Por ahora, los resultados son anecdóticos y simbólicos para crear expectación en torno a las victorias individuales que vayan generándose.
Hillary Clinton reconoció prontamente la derrota, con solo un 25% del conteo, tras asumir que la tendencia era irremontable. En su discurso intentó potenciar su mensaje progresista, igualándose a Sanders, y recordando que la nueva legislación que autoriza el gasto ilimitado en las campañas fue creada tras la lucha de organizaciones de derecha contra su candidatura en 2008. Recordando esa historia Clinton intentó potenciar sus cartas como candidata legítima de centro-izquierda. La esposa del ex presidente Bill Clinton es la candidata que enfrenta el verdadero desafío de esta campaña: Sanders, cuya candidatura era una excentricidad hace un par de meses, ha tenido un avance enorme contra cualquier pronóstico, y se ha transformado en un dolor de cabeza para una líder que se consideraba incontrarrestable hace solo algunas semanas.