El gobierno norteamericano, por un lado, envía portaaviones y bombarderos al golfo Pérsico como advertencia directa y explícita a Irán, por el otro el presidente de ese país enfría las posibilidades de guerra y apunta al diálogo días más tarde, pero este domingo volvió el “ardor guerrero” tras caída de cohete cerca de la embajada
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a Irán con su “fin oficial”, tras la caída este domingo de un cohete en la Zona Verde de Bagdad, en Irak, donde se encuentra la embajada del país del norte de América.
“Donald Trump no necesitó este domingo ni los 120 caracteres que permitían los antiguos mensajes de Twitter para lanzar una llamarada sobre Teherán, dentro de la escalada de tensión —y cada vez más confusión— con el gobierno de Rohaní”, reseñó el diario El País sobre la amenaza de Trump.
«Si Irán quiere luchar, ese será el final oficial de Irán. ¡Nunca amenacen a Estados Unidos de nuevo!», escribió sin otro detalle o explicación el presidente estadounidense, refirió el periódico español sobre los señalamientos de Trump.
Horas antes, un cohete había caído sobre la Zona Verde de Bagdad, Irak, donde se encuentra la Embajada estadounidense, entre otras, sin causar víctimas.
El ministerio de Defensa de Irak indicó en un comunicado divulgado por la televisión estatal que el proyectil fue disparado desde la zona de Al Ghadir, lugar de mayoría chiita del este de la capital iraquí, e impactó en un lugar vacío en la Zona Verde.
Las alarmas de seguridad de la Zona Verde se dispararon y sonaron un par de minutos después de la explosión, que se pudo oír en varias zonas del centro de Bagdad, según constató EFE.
El doble mensaje de los EE. UU.
La reseña de El País señala que Estados Unidos ha mandado hasta ahora un doble mensaje. Por un lado, envía portaaviones y bombarderos al golfo Pérsico como advertencia directa y explícita a Irán, por el otro el presidente de ese país enfría las posibilidades de guerra y apunta al diálogo.
«Irán querrá hablar pronto», dijo la semana pasada, pero este domingo volvió el ardor guerrero y no solo Trump.
«No estamos buscando guerra pero tampoco le tenemos miedo», aseguró el comandante en jefe de las fuerzas militares de Irán, Hossein Salami, en declaraciones a la agencia Tasnim recogidas por Reuters.
Washington busca negociar con Teherán un nuevo acuerdo nuclear tras abandonar el que la Administración anterior, la del demócrata Barack Obama, había alcanzado en 2015 junto a otras potencias y que Trump rechazó desde que era candidato.
Aquel pacto levantaba las sanciones a Irán a cambio de limitar su programa de armamento nuclear, pero el republicano siempre lo ha considerado una forma de dar oxígeno al gobierno de Irán mientras, en realidad, no renunciaba a su carrera atómica.
Así, las sanciones al petróleo han vuelto a castigar a la economía iraní, cuyo gobierno ha respondido al ataque: ha advertido de que también va a incumplir partes de ese acuerdo —los límites a las reservas de uranio enriquecido—y ha amenazado con cerrar el estrecho de Ormuz, un canal primordial del comercio global de crudo.