La decisión del presidente norteamericano, Donald Trump, de agredir a Irán y a China, puede desembocar en un conflicto internacional de gran escala y graves consecuencias políticas y económicas.
El Gobierno de Estados Unidos está decidido a acorralar a Irán y en su afán no duda en arremeter contra una gran potencia como China, una acción que solo aumenta la tensión en el conflicto contra la nación persa.
La administración de Donald Trump impuso sanciones a una empresa china a la que acusa de violar las restricciones impuestas sobre la compra de petróleo iraní, informó este lunes el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo.
El titular de la diplomacia estadounidense anunció desde Orlando que, como parte de una «campaña de máxima presión», EE. UU. impuso sanciones contra la compañía china Zhuhai Zhenrong y su director ejecutivo, Youmin Li, por violar «la ley estadounidense al aceptar petróleo crudo» de Irán.
«No podemos permitir que más dinero vaya al Ayatollah, poniendo en peligro las vidas de soldados, marineros, aviadores y marines estadounidenses. Es demasiado importante», justificó Pompeo, durante un discurso en la ciudad del estado de Florida.
Asimismo, en un mensaje publicado en su cuenta en Twitter indicó que Washington toma en serio la aplicación de las sanciones contra Irán.
“Estamos tomando medidas contra una compañía china que adquirió petróleo iraní en contra de las sanciones de los Estados Unidos. Ninguna entidad debe apoyar la conducta desestabilizadora del régimen proporcionándole dinero”, escribió.
A finales de mayo, el enviado especial de EE. UU. para Irán, Brian Hook, anunció que Washington sancionaría a cualquier nación que comprara petróleo iraní y que no habría excepciones.
«Sancionaremos cualquier compra ilícita de petróleo iraní» y en este momento «no hay excepciones», dijo al tiempo que advirtió que la Casa Blanca revisaría los informes sobre el crudo vendido por Irán a China e India.
Hook justificó esta decisión en el «historial» de Teherán en el uso de otras compañías para evadir las sanciones y lo acusó de comercializar productos petroquímicos a Pekín y Nueva Delhi, a precios inferiores a los del mercado.
India reduce importaciones
Ante las amenazas, India decidió “respetar las sanciones” y no comprar crudo iraní.
El embajador de esta nación en Washington, Harsh Vardhan Shringla, indicó que su país ya había reducido ampliamente sus importaciones antes de que Washington decidiera no renovar las exenciones que le permitían evitar las sanciones a ocho países como India, China, Turquía y Japón,
«Se acabó. Después de eso ya no hemos importado crudo«, afirmó .
Sin embargo, esta decisión fue motivo de protestas populares en la India, por parte de ciudadanos que rechazaron la agresiva política exterior de la Casa Blanca en el Medio Oriente.
China se mantiene firme
China, por su parte, fue clara y afirmó que continuaría importando petróleo iraní, dada la importancia que representa para garantizar la seguridad energética del pueblo chino.
El director general del Departamento de Control de Armas del Ministerio de Relaciones Exteriores, Fu Cong, manifestó que Pekín rechaza la imposición unilateral de sanciones por parte de Washington a Teherán.
“No apoyamos la política estadounidense de reducir a cero las exportaciones de petróleo de Irán (…) Para nosotros, la seguridad energética es importante y la importación del petróleo es muy importante para la seguridad energética de China y del pueblo chino», expresó.
A su vez, el portavoz de la cancillería, Geng Shuang, declaró que la cooperación de China con Irán es legal y que Pekín se opone a las sanciones unilaterales y la jurisdicción extraterritorial sobre sus empresas.
Lo que está claro es que China no renunciará al petróleo iraní. Según el portal de información TankerTrackers, en abril de este año, los suministros de petróleo de Irán a China alcanzaron un récord de 913.000 barriles por día. En la primera mitad del año, China compró 600.000 barriles de petróleo por día a Irán, lo que representa más del 40 % del petróleo total suministrado por Teherán para la exportación.
Igualmente, el medio estadounidense Político, reportó que en junio llegó al puerto de Qingdao un petrolero cargado con un millón de barriles de crudo persa y otro cargado con dos millones de barriles arribó al puerto de Tianjin.
El gigante asiático es el mayor mercado para el crudo iraní, y a eso se añade que el país persa ofrece descuentos por su petróleo bajo el régimen de sanciones para estimular la compra.
«China necesita abastecerse de petróleo de manera estable, necesita combustible barato», indicó Li Weijian, vicepresidente de la Sociedad Científica China para el Medio y Lejano Oriente.
En declaraciones a Sputnik, planteó que es poco probable que Pekín le dé la espalda a Irán, tomando en cuenta que no reconoce la potestad estadounidense de imponer sanciones unilaterales.
“Las sanciones son normas estadounidenses, nacionales, y no necesariamente tienen que ser seguidas por todo el mundo. Es una práctica normal que China compre petróleo a Irán. Lo que no es normal es dejar de comprarle», afirmó Li.
Rechazo a las sanciones
El Gobierno chino fue enfático en condenar las sanciones de Washington contra la empresa Zhuhai Zhenrong y su director ejecutivo, Youmin Li, Pekín.
“Instamos a Estados Unidos a que corrija esta infracción y ponga fin a las sanciones ilegales contra empresas e individuos”, indicó Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
La funcionaria reafirmó que la cooperación de China con Irán era normal en virtud del derecho internacional.
“Estados Unidos hace caso omiso a los derechos legítimos de todos los países y aplica sanciones al azar, lo que constituye una violación del derecho internacional”, agregó Hua, citado por Reuters.
Trump contra Irán y China
La decisión del presidente norteamericano, Donald Trump, de agredir a Irán y a China, puede desembocar en un conflicto internacional de gran escala y graves consecuencias.
Bajo el argumento de estar preocupado por el programa de desarrollo nuclear iraní, el inquilino de la Casa Blanca, está provocando el desequilibrio del mercado petrolero mundial.
Irán es la tercera reserva de petróleo más grande del mundo y según las cifras del Banco Mundial, en 2018 dos tercios del aumento total de su Producto Interno Bruto (PIB) provino del sector petrolero.
Antes de las sanciones, la República Islámica exportaba 3,8 millones de barriles diarios y se estima que en la actualidad apenas llegue al medio millón.
La nación persa asegura que no se quedará de manos cruzadas ante el asedio estadounidense, recordando que cuenta con la capacidad para bloquear el estrecho de Ormuz, en el golfo Pérsico, por donde pasa el 30 % de todas las exportaciones de petróleo del mundo.
Los expertos coinciden en que el cierre de este canal provocaría una crisis energética global, dado que los precios del petróleo aumentarían bruscamente y posiblemente superarían los 150 dólares por barril, algo que no le conviene al propio Trump y sus aspiraciones de ser reelecto en los comicios presidenciales de 2020.
Al sancionar a la empresa china, el inquilino de la Casa Blanca también complica el ya difícil proceso de conversaciones comerciales entre Washington y Pekín.
En mayo, después de 11 rondas, las negociaciones terminaron en fracaso. Solo después de la reunión de Trump y Xi Jinping en Osaka, Japón, fue posible llegar a un acuerdo sobre la necesidad de reanudar las negociaciones para poner fin a la guerra arancelaria que mantienen ambas potencias.
“Creo que incluso sin el problema del petróleo, todavía hay muchos problemas sin resolver en las negociaciones comerciales entre la República Popular China y Estados Unidos”, sostuvo el profesor Li Weijian.
No obstante, señaló que las sanciones podrían jugar en contra del Gobierno norteamericano a la hora de negociar con la administración de Xi Jinping, ya que China está en capacidad de exigir respeto a sus decisiones respecto a la compra de petróleo a Irán.
Control del mercado petrolero
Otro punto a considerar es si el verdadero objetivo de los Estados Unidos no es el programa nuclear iraní, sino el mercado del petróleo.
En uno de sus más recientes reportes. la Agencia Internacional de Energía (AIE) advirtió acerca de la sobreproducción de petróleo en el mundo el próximo año.
Según la AIE, en el primer semestre de 2019 el suministro de petróleo superó la demanda en 900.000 barriles por día. El año próximo, el impacto en el mercado del acuerdo de reducción de extracción de crudo suscrito por los miembros de la OPEP será menor, ya que los países externos al grupo, principalmente Estados Unidos, aumentarán la producción de manera intensiva.
Bajo esta hipótesis Trump está interesado en crear una escasez de petróleo en el mercado, para así abastecer al mundo con el crudo de esquisto norteamericano.