El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió este martes contra Guatemala y lanzó amenazas que apuntan directamente a la economía de la nación centroamericana.
La ira del mandatario estadounidense la despertó la posibilidad de que Guatemala no suscriba el acuerdo migratorio que obligaría a ese país a acoger a los solicitantes de asilo mientras resuelven sus procesos en EE. UU., reseñó Europa Press.
En su cuenta de Twitter, Trump acusó al país centroamericano de estar «formando caravanas y enviando grandes cantidades de gente a EE. UU., algunos de ellos con antecedentes criminales».
Asimismo, agregó sobre Guatemala: «ha decidido romper el acuerdo que tenían con nosotros para la firma del necesario Acuerdo de Tercer (País) Seguro».
«Guatemala no se ha portado bien (…) Los dólares de los contribuyentes estadounidenses que estaban yendo para ellos ya fueron cortados por mí hace nueve meses», mencionó.
En sus mensajes publicados por la red social, el jefe de Estado manifestó su disposición a seguir adelante con el acuerdo, pero advirtió que estudia «vetos, aranceles e impuestos a las remesas» y que podría aplicar «todas» estas opciones, refirió EFE.
Lo que busca Washington con esta política de «tercer país seguro», anunciada el pasado 15 de julio, es que los migrantes soliciten asilo en los países por los que pasan (México y Guatemala, principalmente) antes de llegar a su territorio.
Las declaraciones de Trump desencadenaron una disputa entre el presidente guatemalteco, Jimmy Morales, y la Corte de Constitucionalidad, la cual le puso un freno a la negociación al emitir un amparo provisional en el que prohibió al Gobierno seguir con el proceso.
«El Organismo Ejecutivo presentó ante la Corte de Constitucionalidad un recurso de revocatoria al amparo provisional otorgado debido a que el contenido de los acuerdos en discusión permanecían en una mesa de negociación de alto nivel», aseguró la presidencia en un comunicado.
El Constitucional, el máximo tribunal del país, decidió amparar provisionalmente a un grupo de excancilleres y al titular de la Procuraduría de Derechos Humanos, Jordán Rodas, y dejar en suspenso que Guatemala no fuera convertida en un tercer país seguro.