El presidente estadounidense Donald Trump se desmintió a si mismo una vez más. Esta vez argumentó un presunto error de expresión gramatical para cambiar las declaraciones que emitió luego de su reunión con Vladimir Putin en Helsinki, Finlandia. Según el magnate, se «expresó mal» y quiso decir que no veía ninguna razón por la que no fuera Rusia la que interfiriera en los comicios presidenciales de EE.UU.
El Mandatario afirmó el lunes que no veía “ningún motivo” por el que Rusia podría haber interferido en los comicios, contradiciendo así la conclusión de las agencias de inteligencia de su país. “Me han dicho (las agencias de inteligencia) que creen que fue Rusia. Yo no veo ninguna razón por la que podría serlo (…) y el presidente Putin fue extremadamente fuerte y poderoso en su negativa de eso hoy”, expresó inicialmente. “Él acaba de decir que no es Rusia. Diré esto, no veo ninguna razón por la que sea. Tengo confianza en ambas partes”, prosiguió Trump.
Trump lo vuelve a hacer. Hace semanas, luego de finalizar una cumbre de la OTAN en Canadá, el Mandatario aprovechó desde su avión para informar por Twitter que estaba en desacuerdo con sus conclusiones y arremeter contra el primer ministro canadiense, Justin Tradeau. Ahora echa por tierra la distensión que presuntamente quería generar con Rusia.
Parafreaseando a Trump: tienen razón mis críticos
Trump también dijo este martes que acepta la conclusión de la comunidad de inteligencia estadounidense sobre el papel de Rusia en las elecciones que dieron la victoria al magnate frente a su rival demócrata, Hillary Clinton. Sin embargo, negó que su campaña se confabulara con los rusos para conseguir la presidencia y que las maquinaciones rusas influyeran en el resultado.
Legisladores republicanos, incluido el presidente de la cámara de representantes, Paul Ryan, el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, Ed Royce, y el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Bob Corker, criticaron públicamente a Trump por su actuación.
Varios republicanos señalaron que considerarían una nueva legislación para sancionar a Rusia por futuras intromisiones en las elecciones, después de que Trump declinara una oportunidad el lunes de advertir públicamente a Putin contra tal interferencia.
Una conducta traidora
«La conducta de Donald Trump en la rueda de prensa en Helsinki alcanza y supera el umbral de ‘crímenes y delitos graves’. No fue nada menos que traidora. No solo los comentarios de Trump fueron imbéciles, sino que está totalmente en el bolsillo de Putin. Patriotas republicanos: ¿dónde están?», tuiteó el exjefe de la CIA, John Brennan, quien ha sido una de las voces más fuertes que apoyan la teoría no probada de que la campaña de Trump coludió con Rusia en el período previo a las presidenciales de 2016.
Algunos demócratas también respondieron rápidamente a los resultados de la reunión en la capital finlandesa. El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, dijo que el fracaso de Trump para presionar a Putin era «irreflexivo, peligroso y débil». Mientras, la senadora para el estado de Massachusetts Elizabeth Warren acusó a Trump de «socavar las instituciones y debilitar las alianzas» de EE.UU.