El mandatario estadounidense aseguró que no hubo ninguna víctima en el ataque que el martes dirigió Teherán contra una de sus bases militares en Irak
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, demoró más de medio día su pronunciamiento tras el ataque que dirigió el Gobierno iraní contra la base aérea de Al Asad, al oeste de Bagdad (Irak), en respuesta al asesinato del general iraní Qasem Soleimani que ocurrió el pasado 3 de enero.
En un discurso en el que le restó importancia a la ofensiva contra sus tropas, el mandatario estadounidense aseguró que «Irán parece estar retirándose y eso es una buena cosa para Estados Unidos y para el mundo».
Se atrevió incluso a decir que «el pueblo estadounidense debería estar agradecido y contento», porque «no hubo ningún herido, no sufrimos víctimas, y solo un mínimo daño en nuestras bases militares».
Asimismo, agregó que Teherán «ha sido el principal patrocinador del terrorismo y su búsqueda de armas nucleares amenaza al mundo civilizado» y que mientras él sea Presidente, «a Irán nunca se le permitirá tener armas nucleares».
El jefe de Estado optó por continuar con la política de sanciones económicas que retomó después de retirarse del acuerdo nuclear en mayo de 2018, y sobre estas nuevas restricciones dijo que son «poderosas».
A los países europeos firmantes los llamó a seguir sus pasos y abandonar lo que él considera los «restos del acuerdo nuclear». Para Trump la prioridad es trabajar en un nuevo pacto «que haga al mundo más seguro». «Debemos mandar un mensaje claro al régimen de que su campaña de terror no va a ser tolerada», expresó.
Mientras este miércoles, según reportes de HispanTv, al menos dos cohetes cayeron en la Zona Verde de Bagdad donde se encuentra la embajada de los Estados Unidos. Se trata del tercer ataque en esta zona desde que un dron estadounidense asesinó al comandante de la Fuerza Quds del CGRI, Soleimani.
Aunque Trump dijo que el ataque del martes no dejó víctimas, una fuente del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI) detalló a los medios que “al menos 104 objetivos de las posiciones estadounidenses y sus aliados se han identificado en la región y si EE. UU. comete cualquier otro error, estas posiciones serán blanco de ataques”.
“Al menos 80 militares estadounidenses han muerto. Este ataque también ha causado daños graves en los aviones no tripulados, helicópteros y amplios equipos militares”, indicó.
Fuentes: HispanTV, El País, Sputnik.