El presidente de Estados Unidos, Donald Trump se prepara para relanzar su campaña presidencial, con uno de sus clásicos actos políticos demagógicos, el primero desde que comenzó la pandemia, pese a a las críticas de que escogió el lugar y momento equivocado.
El evento se desarrollará en un estadio cerrado en Tulsa, Oklahoma, justo cuando ese estado sufre su peor semana de contagios de COVID-19.
El jueves Oklahoma registró un récord de casos diarios con 450 contagios mientras que el viernes ese número fue de 352 según el Departamento de Salud Estatal. El condado de Tulsa contabiliza más casos que cualquier otro condado del estado.
Trump se niega a usar tapabocas en público y tampoco se le va a exigir que quienes asistan al estadio que utilicen mascarillas. Sin embargo, deberán firmar un documento en el que declaran que reconocen que ‘existe un riesgo inherente de exposición al coronavirus«.
No obstante, se les proporcionará gel desinfectante y se les tomará la temperatura antes de ingresar en el Bank of Oklahoma Center, donde se celebrará el evento, y que tiene capacidad para unas 18 mil personas.
Varios dirigentes republicanos señalan que la campaña se arriesga demasiado porque podría resultar en un retroceso si los casos subsiguientes en Oklahoma están vinculados al evento.
«Entiendo el deseo del presidente de volver a salir ahí fuera, le gusta hacer eventos, y no sería crítico con eso en absoluto. Tenemos una serie de desafíos muy singulares ahora que deberían sugerir que no es el mejor momento para hacerlo«, dijo Doug Heye, exdirector de comunicaciones del Comité Nacional Republicano, citado por Prensa Latina.
El propio Trump admitió que algunas personas se contagiarán de coronavirus en el mitin que celebrará en Oklahoma, pero que será «un pequeño porcentaje».
La reunión proselitista del mandatario ocurre además cuando acontecen protestas nacionales contra la violencia policial hacia los afroamericanos a raíz del asesinato en Minneapolis de George Floyd.
En un principio, el mandatario republicano realizaría la concentración el viernes 19 de junio, un día festivo en Estados Unidos, el Juneteenth, que es una abreviatura de ‘june’ y ‘nineteenth’, en referencia al 19 de junio de 1865 cuando fueron liberados los últimos esclavos en Texas, pero el rechazo casi generalizado a la idea lo obligó a cambiar la fecha para este sábado.
A través de su cuenta en Twitter, Trump lanzó una amenaza a quienes participen en protestas en Oklahoma.
“Cualquier manifestante, anarquista, agitador, saqueador o de baja vida que vaya a Oklahoma, por favor, comprenda que no lo tratarán como si hubiera estado en Nueva York, Seattle o Minneapolis. ¡Será una escena muy diferente!».
Estados Unidos es el país más golpeado por la pandemia de coronavirus y contabiliza más de 2,1 millones de contagiados, incluidas más de 120.000 muertes.
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