Cientos de personas dijeron adiós a los restos de los más de 95 fallecidos a causa de dos explosiones en la ciudad de Ankara. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, informó que el grupo terrorista Estado Islámico es el principal sospechoso.
Los funerales de las víctimas de la masacre se convirtieron en multitudinarias protestas, este lunes, contra el Gobierno de Turquía, al que se acusa de no haber hecho lo suficiente por prevenir el ataque terrorista.
“Erdogan, asesino”, “El Estado pagará” y “Venganza, venganza” fueron las consignas que se escucharon durante las exequias. El hecho extremista ha elevado aún más la tensión existente en la nación, especialmente en sus zonas kurdas, donde los combates continúan a pesar del alto el fuego decretado.
Calificado por analistas y la prensa como el peor atentado terrorista de la historia moderna que golpea Turquía, muchos coinciden en que está lleno de incógnitas y atenta con ensombrecer el panorama político a tres semanas de las elecciones anticipadas.
Sin embargo, el Gobierno turco ha confirmado que los comicios tendrán lugar el primero de noviembre próximo como está previsto.
El atentado tuvo lugar el sábado último, cuando dos bombas con pocos segundos de intervalo detonaron próximas a la principal estación de trenes de Ankara, cerca de una manifestación por la paz de activistas pro kurdos y grupos civiles.
“Cuando se observan las consecuencias y las explicaciones de las autoridades, uno se da cuenta de que se trata de una negligencia a nivel de los servicios de información y de seguridad. La policía tomó las medidas adecuadas en el lugar de la convocatoria. Pero los terroristas atacaron en el punto de inicio de la marcha. No había seguridad alguna en los aledaños”, explicó el experto en seguridad de la Fundación de Investigación de Política Económica de Turquía, Nihat Ali Özcan.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, espera que el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) consiga nuevamente la mayoría absoluta perdida tras los sufragios del pasado mes de junio. Mientras, la oposición acusa al mandatario de buscar la polarización de la sociedad turca al avivar el conflicto con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y dar paso a un entorno caótico, e incitar a los votantes a elegir su programa el que posee temas relacionados con la seguridad nacional, apunta la BBC.
Sin embargo, este ataque atenta contra la campaña de Erdogan, pues por un lado este puede agrandar el sentido de inseguridad y de esta forma unir el pueblo al Gobierno, mas por otro puede aumentar las preocupaciones y reforzar la desconfianza hacia el mandatario.