La mañana de este jueves un nuevo ataque sacudió las calles de Turquía. Una explosión de un coche bomba en la ciudad turca de Esmirna dejó como resultado al menos diez personas heridas, una de ellas de gravedad.
El vehículo cargado de explosivos estalló contiguo a un puesto policial frente al tribunal principal de Esmirna. La explosión se dio justo en la entrada que jueces y fiscales usan diariamente para dirigirse a sus oficinas.
Después del estallido los dos hombres agresores se trasladaron al edificio y desataron un tiroteo en el que ambos terminaron muertos, mientras que un tercero está huido.
Los equipos de emergencia y seguridad se dirigieron al lugar de los hechos para controlar la situación.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, lamentó recientemente las recientes agresiones ocurridas en su país y se dirigió al pueblo turco expresando su preocupación por lo ocurrido: «El objetivo básico de los ataques dirigidos a nuestra patria es alterar nuestro equilibrio y hacer que nuestros sentimientos salgan por delante de nuestro razonamiento, enfrentar uno al otro», dijo a través de su cuenta de Twitter.
Por su parte, el gobernador de Esmirna apunta al Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) como autores del ataque. Aunque los últimos dos atentados contra policías y soldados en las ciudades de Estambul y Kayseri, fuera del ámbito de la actuación habitual del PKK, fueron reivindicados por un grupúsculo kurdo, los Halcones de la Libertad de Kurdistán (TAK), el Gobierno turco considera que éstos simplemente son una “marca subsidiaria” del PKK y no una organización aparte.
Este ataque se produce cinco días después de que un hombre armado abriera fuego en una conocida discoteca de Estambul en medio de la celebración del Año Nuevo, matando a 39 personas. Dicho atentado ha sido reivindicado por Estado Islámico, sin que el autor haya sido detenido.
El país sigue en estado de emergencia luego de que este martes Erdogan anunciara su decisión de prorrogarlo otros tres meses. La situación de excepcionalidad, declarada a raíz del fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio, sólo puede estar vigente durante seis meses, aunque admite prórrogas. El anuncio del mandatario tendrá que recibir el visto bueno del Parlamento. Su aplicación suspende ciertos derechos y libertades fundamentales y la ampliación de los poderes ejecutivos.
En 2016 Turquía sufrió 14 ataques terroristas en los que casi tres centenares de personas perdieron la vida. La mayoría de estos atentados han sido cometidos por el Daesh (Estado Islámico).