El gobierno turco intensificó las presiones contra el pueblo turco. Esta semana dos coalcaldes de Diyarbakir, considerada la capital no oficial de las regiones kurdas en el sureste del país, de mayoría kurda, fueron arrestados por la policía.
Ambos líderes de la ciudad —Gultan Kisinak y Firat Anli– son miembros del Partido Democrático de las Regiones (DBP) que las autoridades turcas acusan de vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), proscrito en el país por considerarse una organización terrorista.
A ambos se les acusa de desvío de fondos públicos destinados a vehículos funerarios a los miembros del PKK. También se los inculpa de reclamar la autonomía de la región y alabar al PKK.
A mediados de septiembre pasado, el Ministerio del Interior de Turquía anunció la destitución de 28 alcaldes por vínculos con el PKK y la organización del predicador islámico Fethullah Gulen, acusado de orquestar el fallido golpe de Estado del 15 de julio.
De hecho, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusa al partido HDP, la tercera fuerza política la Parlamento, de vínculos con el PKK. El partido kurdo lo niega, pero Erdogan insiste y dice que «la destitución de funcionarios electos o públicos» que presuntamente tienen vínculos con el PKK es una «parte clave» de la lucha contra el grupo armado.
El HDP y otras organizaciones organizaron una protesta que fue prohibida por el gobernador de Diyarbakir. En un comunicado, advierten penas de cárcel de hasta a un año a quienes cierren sus establecimientos como medida de protesta por la detención de los coalcaldes. La policía disolvió con carros lanza agua y gases lacromógenes las concentraciones en todo el país.
Después de varios intentos de conversaciones de paz, el PKK y las fuerzas de seguridad turcas retomaron los enfrentamientos en junio de 2015. En un año y medio, han muerto más de 2.000 personas, más del 30% de ellas, civiles.
La presión también afectó al partido prokurdo HDP. A principios de años el gobierno anuló la inmunidad parlamentaria a los diputados y, desde entonces, 510 miembros del partido prokurdo HDP enfrentan procesos judiciales, mientras que 181 alcaldes y 301 dirigentes locales siguen en prisión.
Primera mujer kurda alcaldesa
Kisanak, de 55 años, es la primera mujer y la primera kurda aleví que ha sido elegida como alcaldesa. A los 19 fue encarcelada durante cuatro años y medio después del golpe de Estado de 1980 en Turquía. Durante su seva carrera anunció más de una vez haber sufrido torturas y abusos sexuales en la prisión.