El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, hizo un llamado a la «unidad y fraternidad» para enfrentar a los que para él son los enemigos de la democracia: la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores (PKK) y los seguidores del clero islamista Fethullah Güllen.
En una reunión entre el mandatario y los líderes de dos de los partidos opositores en el Parlamento -los socialdemócratas del CHO y el ultranacionalista MHP-, el Gobierno turco buscó «crear mecanismos para un diálogo político que produzca soluciones duraderas» a los problemas creados por el golpe.
Tras el encuentro, al que no fue invitado el líder del partido progresista prokurdo HDP, Selahattin Demirtas, a pesar de ser la tercera fuerza política del país, el portavoz del Ejecutivo afirmó que Erdogan hizo una lectura positiva del hecho que «la nación dejó a un lado las diferencias políticas para salir a las plazas» contra los golpistas y prometió «continuar de manera inflexible la lucha en contra de las amenazas».
En este sentido, la policía ordenó este lunes la detención de 42 periodistas, la mayoría de ellos vinculados a medios gülenistas, junto con los casi 46.000 funcionarios de la administración pública que fueron apartados de sus cargos. Además, este martes ordenó la detención del exgobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, por su supuesta implicación en el fallido golpe de estado.
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