Las agencias de la Oficina de Naciones Unidas (ONU) tienen listas las primeras cinco hectáreas de terreno, fuera de los campamentos de rohinyás, en Bangladesh, para trasladar a unas 500 familias de esta minoría musulmana en riesgo de sufrir deslizamientos de tierra y otros fenómenos asociados al inminente monzón.
La Organización Internacional de las Migraciones (OIM), la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunciaron hoy en un comunicado conjunto que el terreno está preparado para empezar a instalar refugios y otros servicios.
El territorio forma parte de las algo más de 200 hectáreas cedidas por el Gobierno de Bangladesh para reubicar a unos 50.000 refugiados que ahora viven en los abarrotados campamentos del noroeste del país y que están en riesgo de sufrir el azote de las lluvias monzónicas (julio-septiembre).
Sin embargo, Caroline Gluck, la portavoz de ACNUR en Cox’s Bazar, donde se ubican los campamentos, explicó a Efe que las 200 hectáreas incluyen valles, colinas y pendientes escarpadas, por lo que sólo un 20 % del terreno podrá ser aprovechado para la reubicación de rohinyás.
«Estamos desarrollando alrededor de cien acres (40 hectáreas) de las 500 acres (202 hectáreas) adjudicadas. Es muy montañoso, no es apto para viviendas», apuntó Gluck, al precisar que esperan comenzar a reubicar a las primeras familias para finales de mayo.
Las agencias de la ONU estiman que unas 150.000 de las 600.000 personas que se encuentran en el campo de refugiados de Kutupalong están en especial riesgo de sufrir inundaciones y deslizamientos de tierra durante la temporada del monzón.
Hasta el momento cerca de 15.000 rohinyás han sido reubicados a áreas menos problemáticas dentro de los propios campamentos.
El éxodo de los miembros de esta minoría desde Birmania comenzó el pasado 25 de agosto, cuando el Ejército birmano lanzó una brutal ofensiva en su contra en supuesta respuesta a una acción de un grupo insurgente rohinyá, empujando hasta Bangladesh a alrededor de 700.000 miembros de esta comunidad musulmana.
El Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU ha calificado de «genocidio» y «limpieza étnica» la acción militar contra los rohinyás.