«Yo no maté» y otras últimas palabras que dijeron algunos condenados a muerte

A veces, a los condenados a la ejecución se les permite decir sus últimas palabras. Algunos permanecen en silencio, pero otros ofrecen discursos que pueden ir desde lo escalofriante hasta lo incomprensible, pasando incluso por el humor.

«Yo no maté» y otras últimas palabras que dijeron algunos condenados a muerte

Autor: Sofia Olea

corredor de la muerte

En el corredor de la muerte, los prisioneros condenados tienen permitido elegir una última comida, pero a algunos también se les permite decir sus últimas palabras, las que pueden ser tanto escalofriantes, como estremecedoras o intrigantes.

Aunque la cifra de condenados a muerte en Estados Unidos fluctúa diariamente, se sabe que en octubre del año pasado hubo 2.959 ejecutados; 2.905 hombres y 54 mujeres.

Cuando se trata de las últimas palabras, algunos prisioneros eligen rogar por clemencia, mientras otros permanecen estoicos, entregados a su destino.

El pasado junio, Lester Bower fue el condenado a muerte de mayor edad en ser ejecutado, luego de pasar más de 30 años en la cárcel. Asesinó a cuatro hombres en el hangar de un avión en 1983. Bower dijo a los testigos de su ejecución: «Es tiempo de dar vuelta la página», justo antes de ser inyectado letalmente.

Lester-Bower

Lester Bower

Michael Perry fue ejecutado en julio de 2010 a los 28 años, nueve años después de disparar y matar a tres mujeres, una de 50 años, una de 17 y otra de 18. Antes de su muerte, en el condado de Montgomery, Texas, dijo: «Quiero empezar diciendo que todas las personas involucradas en esta atrocidad me han perdonado. Mamá, te amo… (llorando). Estoy listo para partir, Warden. Ya voy a casa, papá, ya voy a casa».

La horrible muerte de Laila Bint Abdul Muttalib Basim en enero pasado, fue capturada en una cámara cuando estaba siendo decapitada en Mecca, Arabia Saudita. Mientras la espada caía tres veces, ella gritaba: «Yo no maté, yo no maté», en respuesta al crimen por el que se la había condenado.

Steven Woods, quien fue encarcelado por dos asesinatos, llamó a cuestionar al sistema de justicia cuando estaba a punto de ser ejecutado en 2001. El condenado, de 31 años, había sido sentenciado por matar a un hombre de 21  y una mujer de 19 con disparos y degollamientos, cuando él tenía 21 años.

Las últimas palabras de Woods fueron: «Ustedes no van a ser testigos de una ejecución, sino de un asesinato. Estoy condenado por algo que hizo Marcus Rhodes. Nunca maté a nadie, jamás. Te amo, mamá. Te amo, Tali. Esto está mal. Todo esto está mal. La justicia me ha abandonado. Alguien lo arruinó todo. También te amo, mamá. Bien Warden, si vas a matar a alguien, anímate y hazlo. Tira del gatillo. Ya viene, siento que viene. Adiós».

Algunos se vuelven hacia Dios en sus últimos minutos, como Humberto Leal Jr, condenado por la violación y asesinato de una mujer de 16 años cuando él tenía 21.

camilla inyección letal

Fue ejecutado a los 38 años, el 2011. Al parecer, en sus años de prisión, había encontrado la fe en la religión. Sus últimas palabras: «Pido perdón por todo lo que he hecho. He herido a mucha gente… El Señor Jesucristo en mi vida, sé que me ha perdonado. He aceptado su perdón. He aceptado todo. Que este sea el final y que termine. Acepto toda la culpa de esto. Lo siento, perdónenme. Estoy realmente arrepentido y pido perdón. La vida continúa, seguro. Pido perdón a la familia de la víctima por lo que hice. Que me perdonen. No sé si me creen, la vida continúa…».

James French fue un caso extraño al usar su sentido del humor al momento de enfrentar una ejecución. Él fue la última persona en ser ejecutada en el Estado de Oklahoma, justo antes de que comenzara a aplicarse la nueva ley, en 1966.

Al rededor de los 30 años, cuando él murió, ya había pasado ocho años en la cárcel por matar a una persona que le pidió un aventón en la carretera. Pero una vez encerrado, mató también a su compañero de celda, para apurar su ejecución.

El último discurso de French a los periodistas, antes de ser electrocutado, fue un remate macabro y genial: «¿Qué les parece [esta frase] para su titular de mañana? ‘French Fries'». Fue un juego de palabras, usando su apellido, ‘French’, que coincide con el nombre que le dan en Estados Unidos a las papas fritas (French fries).

Aileen Wuornos fue famosa; una asesina serial que mató a siete hombres entre 1989 y 1990 y que dio las más extrañas últimas palabras con una referencia a Hollywood.

Aileen Wuornos, quien fue caracterizada por Charlize Theron en el filme ‘Monster’ (2003), no pudo atenuar su sentencia con su alegato de violación.

En octubre de 2002, luego de una última cena de Kentucky Fried Chicken y papas fritas, sus últimas palabras fueron: «Sólo me gustaría decir que estoy navegando con la Roca y que volveré, tal como El Día de la Independencia, con Jesús, el 6 de junio, como la película, en una gran nave y todo. Volveré».

Aileen Wuornos

Aileen Wuornos

 

Traducción: El Ciudadano

Fuente: Mirror


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