«No veo la miseria que hay, sino lo bello que aún queda»
Anne Frank
Por Rafael Micalco
Transitamos un año más en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, en México es una fecha que no trae buenas noticias para la reflexión como sociedad, porque la deuda es mucha, porque la deuda sigue.
Los 8 de marzo se han convertido en el día en que todos los sectores sociales se sensibilizan sobre el papel tan importante de la mujer en todas las actividades, en todos los ámbitos del quehacer humano y eso es en sí, ya algo positivo. Sin duda, uno de los más grandes propósitos es visibilizar a la mujer, con el fin de trabajar y evitar limitar el avance de ellas, que lastimosamente, es cuesta arriba y va acompañado de grandes pendientes al respeto de sus derechos fundamentales.
Los gobiernos por su parte, deben reconocer que son una pieza clave de este rompecabezas de la agenda de equilibrios para que las mujeres puedan compartir plenamente sus capacidades, desarrollarse integralmente y vivir en paz. El mundo hasta hoy caminó sin ese equilibrio necesario, imperante, vital por lo que es urgente realizar las acciones para lograrlo ya.
El trecho entre los derechos entre hombres y mujeres aún es grande, la mujer además de ser reconocida, debe ser respetada y debe participar del cambio social, en ese siglo, cuando debiéramos estar discutiendo como potencializamos como comunidad la gran riqueza de caminar juntos, lamentablemente aún tenemos que superar la inequidad laboral, aplicar las libertades sociales, el feminicidio, la desigualdad salarial, la marginación, la falta de oportunidades entre otros muchos pendientes básicos e innegociables.
Respetuosamente me sumo a movimientos sociales pacíficos que nos recuerdan el importante papel de la mujer en las decisiones futuras y su importante lugar en el presente. Con solidaridad me uno a los reclamos justos, exigencias inaplazables y enérgicas exigencias, no con violencia, pero si con implacable urgencia.
Todos los esfuerzos deben ser apoyados para darnos cuenta como sociedad, pero también a nivel familiar, empresarial, de pareja; que a pesar de que hay cada vez más espacios de participación de la mujer en los gobiernos, legislaturas, empresas, incursionando en las ciencias, la cultura, el deporte y un largo etcétera, la mujer sigue en desventaja, desde aquí, y como legislador estoy comprometido a ser promotor de iniciativas que busquen esa urgente equidad.
Una de las primeras iniciativas que he presentado en mi trabajo como legislador en el Congreso de Puebla, está dirigida a combatir deplorables prácticas contra las mujeres, como lo es el acoso, así continuaré mi trabajo, apegado a los principios de mi Partido, y enfocado en los problemas reales y pendientes por resolver.
Mi reconocimiento a las mujeres.