La esperanza de Teresa Vega se mantuvo viva durante cinco años, alimentada por la intuición materna que le decía que su hijo Rafael, conocido como “Rafita”, jamás salió de la casa de su padre, ubicada en la colonia Playas del Sur. Esta semana, esa sospecha fue confirmada de la forma más dolorosa: restos óseos humanos fueron hallados dentro de ese mismo domicilio durante un cateo oficial.
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Rafita tenía 12 años cuando desapareció en octubre de 2020. Desde entonces, su caso se convirtió en uno de los más persistentes en redes de búsqueda y colectivos ciudadanos. En su momento, el padre del menor declaró que el niño había salido a comprar frijoles y no regresó, versión que siempre generó dudas en la madre, quien insistió desde el primer momento en que algo no cuadraba.
Según relata Teresa, llevaba varios meses sin ver a su hijo debido a un cambio repentino en su actitud. De un día para otro, Rafael expresó que no quería tener contacto con ella, decisión que fue comunicada telefónicamente y que nunca logró comprender. Las llamadas y mensajes posteriores eran filtradas por el padre, quien aseguraba que el menor estaba ocupado, dormido o no quería hablar.
Al conocer la desaparición —gracias a una llamada de la abuela paterna— Teresa acudió a las autoridades para presentar una denuncia. Sin embargo, enfrentó obstáculos burocráticos desde el inicio: le indicaron que no era la instancia adecuada y fue el padre quien terminó emitiendo la denuncia formal. A pesar de la insistencia de la madre para que se cateara la vivienda del padre, la respuesta institucional fue que debía esperar.
Pasaron cinco años sin respuestas. En un operativo encabezado por la Comisión de Búsqueda de Personas de Puebla, se localizaron restos humanos dentro del inmueble donde Rafita fue visto por última vez. Aunque la identidad del cuerpo aún no ha sido confirmada oficialmente, las autoridades ya realizan análisis genéticos para determinar si pertenecen al menor.
Durante estos años, la madre y familiares nunca detuvieron la búsqueda. La imagen del niño fue difundida en redes sociales, e incluso se utilizaron herramientas de inteligencia artificial para mostrar cómo luciría actualmente. Mientras tanto, las autoridades nunca permitieron que Teresa accediera por completo a la investigación ni formalizara denuncias por maltrato, a pesar de sus señalamientos previos sobre violencia por parte del padre y la madrastra del menor.
Hasta ahora, la Fiscalía General del Estado no ha dado a conocer si hay personas detenidas ni ha ofrecido detalles sobre el estado actual del caso. Diversos colectivos y organizaciones exigen justicia, transparencia en el proceso y la garantía de que este posible crimen infantil no quede impune.
Foto: El Ciudadano
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