A tres años de la muerte de Moreno Valle, se desconoce nivel del saqueo de los recursos públicos

Si la herencia económica de los Moreno Valle ha sido motivo de polémica para críticos de la política estatal, quienes sugieren que la fortuna que amasaron fue mucho mayor, las secuelas políticas de su muerte fueron indiscutibles

Alfonso Yáñez Delgado

18/10/2021 11:39am

El próximo 24 de diciembre se cumplirán tres años de la muerte de Rafael Moreno Valle y su esposa, quienes viajaban en un helicóptero que cayó en el Cerro de la Chimenea del Chacuaco, en Coronango, Puebla. Según el acta de defunción, la gobernadora y el senador murieron tres horas después del accidente (Infobae). También fallecieron los otros tres tripulantes del aparato.

El panista Javier Lozano Alarcón pidió a las autoridades no descartar la posibilidad de un atentado, pues “el helicóptero en que viajaban estaba perfectas condiciones”.

En marzo de 2020, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriu, informó que, de acuerdo con las investigaciones oficiales, el percance ocurrió por una falla mecánica y por falta de mantenimiento de la aeronave.

Descartó la posibilidad de un atentado, o de otros factores externos, pues “durante la inspección de restos no se observaron indicios de materiales ajenos al propio helicóptero, como aves o proyectiles”. (Expansión Política, 27 de marzo de 2020).

Casi un año después de la muerte del exgobernador y su esposa, se comentaba que Rafael Moreno Valle, padre del exmandatario, indemnizó a la familia de Martha Érika, ante el reclamo de los hermanos de ésta, quienes “argumentaban que su hermana finalmente fue una víctima porque había sido utilizada por su esposo el exgobernador” (Contraparte, 20 de noviembre de 2019).

Especialmente polémica ha sido la conducta de Florentino Alonso Hidalgo, hermano de Érika, pues no sólo perdió los negocios y privilegios que tenía gracias a su hermana y a su cuñado, sino que, según versiones periodísticas, recibió sumas millonarias de los “financiadores” de la campaña de Martha Erika a la gubernatura, que serían compensadas mediante favores obtenidos por la influencia de “Floro” sobre su hermana.

“(Florentino) se hizo millonario durante los pasados comicios al recibir todo tipo de apoyos económicos bajo la promesa de que estos serían redituados en cuanto (Érika) Alonso Hidalgo llegara al gobierno de Puebla”. (elincorrecto.mx)

También se ha señalado que Florentino quiso “capitalizar” la muerte de Moreno Valle y su esposa mediante el rodaje de un documental que se usaría como “medio de presión contra el gobierno de López Obrador y de Barbosa, proyecto que no encontró patrocinadores.

Tiempo antes de su muerte, ambos cónyuges habían dado de alta sus nombres como “marcas registradas” en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.

Él lo hizo desde 2016 y ella en 2018 (periodicocentral.mx 113 de enero de 2020).

Herencia y secuelas

De acuerdo con información publicada en medios de comunicación, los bienes que Moreno Valle y su esposa dejaron a su muerte constaban de palcos en el estadio Cuauhtémoc, una casa en Las Fuentes, un terreno en San José Chiapa, entre otras propiedades, con valor de 34 millones 281 mil 461 pesos (Periódico Central).

Según su declaración 3 de 3 publicada en la plataforma del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), también dejaron acciones en la empresa Unión de Productores Agropecuarios de Tecamachalco y en la cadena de hoteles City Express.

Sin embargo, organizaciones y personajes de la política local denunciaron, desde hace años, que la fortuna de la pareja era mucho mayor.

Según denuncias del Comité Ejecutivo Estatal de Morena, Martha Érika Alonso Hidalgo ocultó las ganancias que percibían ella y su familia por participar en las direcciones o consejos de administración de por lo menos 31 empresas y poseer acciones en 23 firmas, así como los ingresos que percibe por la renta de cuatro inmuebles, entre estos un edificio.

Así, Alonso habría escondido al menos 65 millones de pesos en acciones de una de esas compañías que pertenecían a su esposo, el exmandatario local Rafael Moreno Valle Rosas.

Además, según investigaciones del periodista Alejandro Mondragón, el exmandatario local tenía “otros ingresos en bonos” que implicaría una fortuna bursátil de más de 95 millones de pesos.

Asimismo, señaló que Rafael Moreno Valle era director de una consultoría de servicios administrativos y financieros y su suegro o suegra presidente ejecutivo de una empresa financiera, director administrativo de una tenedora de acciones y el titular de un comercio de venta de artículos diversos. (La Jornada de Oriente, 24 de mayo de 2018).

En 2018, candidatos a diputados por la Coalición Juntos Haremos Historia denunciaron que, a su paso por el gobierno de Puebla, Rafael Moreno Valle se hizo accionista de la cadena hotelera City Express que durante su sexenio pasó de tener sólo 15 hoteles a contar con 138, siete de ellos en el extranjero. (Apro, 28 de mayo de 2018).

El entonces diputado y alcalde de Cholula, José Juan Espinosa resumió:

“Este es el verdadero rostro del gobierno de Moreno Valle, un gobierno que en seis años recibió más de 300 mil millones de pesos (de presupuesto) y mantiene a Puebla como el cuarto estado más pobre del país, que no utilizó el dinero para tareas de seguridad, y que a todas luces sólo usó su cargo para enriquecerse”.

Por cierto, el gobernador del estado Miguel Barbosa, en reiteradas ocasiones ha mencionado la investigación que se realiza sobre el manejo de los negocios públicos del gobierno que presidió Rafael Moreno Valle, pero hasta ahora, solamente se conocen fragmentos de las decisiones que tomó el finado. Falta ir al fondo para dar respuesta a las opiniones de panistas que se preparan ya, para conmemorar el tercer aniversario de la muerte de la pareja Moreno Valle-Alonso.