Puebla, Pue. 22 octubre 2021. Dionisio Sánchez lleva más de 40 años consecutivos cosechando flor de cempasúchil. No dejó el campo ni en el 2020, cuando por la pandemia por covid-19 solo logró la venta del 33.3 por ciento del total de su cosecha y ahora menos, cuando ve un halo de esperanza con el anuncio de las autoridades a la apertura de panteones u otras actividades con motivo del Día de Muertos.
La crisis golpeó tanto el año pasado que varias parcelas que están a su alrededor decidieron no cultivar nada, ante el temor de no poder venderla en los mercados o panteones locales.
Dionisio y su familia decidieron cultivar en menor cantidad las semillas de la flor amarilla, como la roja –también conocida como terciopelo-, pues todavía carga con el trago amargo de que el año pasado el 66.6 por ciento de la cosecha fue pérdida. “Sólo logró acomodar 200 de 600 manojos”, recuerda.
En medio de la imagen del volcán Popocatépetl, el agricultor dio una entrevista para El Ciudadano, en el que dijo que sigue la incertidumbre en la venta de la flor, pero sí hay esperanzas de mejorar sus ingresos.
“Hoy nada más sembramos poquito, no sabíamos cómo iban a estar las ventas. Algunos no sembraron, el año pasado se quedó mucha flor”, comentó.
Trabajar la tierra con riesgos
A una semana del inicio de la venta, la plaga y las granizadas representan un riesgo de “que en un abrir y cerrar de ojos” sea una pérdida total la inversión.
Dionisio toma con sus manos con grietas –dañadas por labrar la tierra todo el día– para revisar que la flor de cempasúchil esté bien y libre de plaga.
La flor de cempasúchil, a pesar de que crece rápido, pues se siembra en julio y se cosecha la última semana de octubre, requiere de muchos cuidados, de los cuales los mismos agricultores se tienen que hacer cargo, y en ocasiones poner de su bolsa.
El campesino señala que no cuentan con el apoyo del gobierno para sostener sus sembradíos.
La flor de terciopelo, también es muy típica de la temporada, es una mezcla de su color escarlata con el naranja y amarillo del cempasúchil, le dan alegría y mucho color a las ofrendas, sin embargo y a pesar de que esta flor se ve menos frágil que el cempasúchil, resulta más delicada pues es propensa a infectarse con un hongo que la va secando y le cambia su color escarlata a un rojizo metálico.
Familia no sigue tradición
A pesar de que viene de una familia de agricultores, los tres hermanos de Dionisio no se dedican al campo, pues prefirieron buscar trabajo lejano al campo, y lamentablemente su padre, quien les inculcó el amor a la tierra, falleció hace ya varios años.
Dionicio y algunos primos no abandonaron sus raíces en la madre tierra, pues no solo se dedican a la flor de temporada, sino que también cultivan otros productos como el frijol, cebolla y calabaza.
Cultivo entre volcanes
Antonia Aguirre González, de 37 años, ayuda a su mamá y hermano a cultivar la flor de cempasúchil. Su campo es peculiar pues tiene de fondo a los volcanes que adornan el sembradío.
La mujer campesina estaba acompañada por sus dos pequeños: Daniel, de 3 años, y Ana, de 7 años, quienes jugaban entre las flores, fascinados por su color.
Antonia relató que lleva cinco años trabajando la tierra y que sin duda el año pasado fue el peor que hayan vivido, pues si bien tuvieron la suerte de venderla toda.
Su familia se dedica al cultivo de calabacín y otras hortalizas desde hace más de cuarenta años en Atlixco. Sin embargo, hace cinco años, cuando la producción y la venta del cempasúchil eran prósperas, decidieron ingresar a este negocio.
El año pasado, con la pandemia, fueron altas las pérdidas a tal grado que no las pudo contabilizar. Aunado al alto precio del abono y demás químicos que requiere mantener a las flores de temporada.
“A veces el precio de la flor no ayuda, no conviene. A veces está bien barata de plano y se queda la flor, la tiene que tirar uno porque no se vende. No dejaron suficiente ganancia; se tienen que contratar peones o gente que ayude a cortar la flor para que esté en tiempo y forma en los mercados locales”, dijo.
Puebla, en la mira nacional por producción
Puebla es uno de los principales productores de cempasúchil, a nivel nacional reportó la Secretaría de Desarrollo Rural.
Para este 2021 la venta de temporada arrancó con más de 39 mil toneladas de flor de cempasúchil y más de 22 mil plantas en maceta cultivadas en Atlixco.
Actualmente, la Secretaría de Desarrollo Rural lanzó un catálogo para fomentar que se visiten los diferentes campos y huertos, tiendas de artesanías y de frutos relacionados con la temporada, que incluye 120 negocios poblanos de diferentes giros comerciales.
De acuerdo con Óscar Hernández Fernández, subsecretario de Desarrollo Rural del Estado, Puebla es la con mayor producción de la flor de cempasúchil, y durante 2021 se estima que en más de mil 550 hectáreas de tierra se plantará la flor para esta temporada.
El precio de la flor de cempasúchil también tendrá un cambio, a decir del funcionario que señaló que los costos estarán entre los 15 y 30 pesos por maceta, dependiendo de la presentación de la planta.
La temporada de día de muertos deja una derrama económica de 42 millones de pesos en el estado para las 525 familias y más de dos mil trabajadores que están involucrados en la plantación, corte, distribución y venta de la flor.
FOTOGRAFÍA: HUMBERTO AGUIRRE/ EL CIUDADANO
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