1. Chicago (musical / 2002)
Chicago fue el musical con el que en verdad comencé a escuchar jazz, y no por mi primer acercamiento, sino porque con él me adentré al mundo de los musicales y al mundo del jazz sabroso.
Se trata de un musical que lo tiene todo (como todo gran musical): drama everywhere, personajes femeninos poderosos y carismáticos; con una narrativa singular, tanto en la lírica del guion como en la armonía que esta tiene con la música; secuencias de baile increíbles; y claro, un contexto basado en la all that jazz’s era.
Además de contar con personalidades como Catherine Zeta-Jones, Renée Zellweger, Richard Gere, Queen Latifah, John C. Reilly, Christine Barasky, Lucy Liu, y muchos otros. (Y si eres de aquellos que prefieren vivir el arte de Broadway en su raíz de origen, Chicago siempre es una buena excusa para ir al teatro).
Sinopsis: Velma Kelly y Roxyie Hart son dos mujeres que son encarceladas por cometer crímenes pasionales, es esa misma pasión la que las orillara a luchar por la fama que tanto anhelan. Un reflejo de una sociedad escandalizada y morbosa que adula criminales y se deja apantallar por el showbiz.
2. El Perseguidor (cuento largo / Julio Cortázar)
El Perseguidor de Julio Cortázar se trata de un cuento basado en la vida de Charlie Parker (¿y quién es ese?, sólo uno de los masters of masters del jazz de todos los tiempos, creador del bebop y saxofonista con un talento atemporal), que en la trama se materializa en Johny Carter.
La historia es narrada por Bruno, el biógrafo y mejor amigo de Johny, quien lo acompaña y describe a lo largo de su vida: llena de excesos, adicciones, bohemia; bajo un contexto de jazz, talento musical y un París en medio de la posguerra.
“Soy un crítico de jazz lo bastante sensible como para comprender mis limitaciones, y me doy cuenta de que lo que estoy pensando está por debajo del plano donde el pobre Johnny trata de avanzar con sus frases truncadas, sus suspiros, sus súbitas rabias y sus llantos (…) Pienso melancólicamente que él está al principio de su saxo mientras yo vivo obligado a conformarme con el final. Él es la boca y yo la oreja, por no decir que él es la boca y yo… Todo crítico de jazz, ay, es el triste final de algo que empezó como sabor, como delicia de morder y mascar.”
Este cuento en sí mismo es jazz puro: con una poética repleta de improvisación, desenfreno, soltura y ritmo por doquier.
3. Jazzuela (libro+álbum / Pilar Peyrats Lasuén)
Jazzuela recrea el recorrido musical y factor jazz de Cortázar y, en específico, de su (ultra mega famosa, amada y chula) Rayuela.
El libro se estructura entre un análisis literario a la obra general y un chismógrafo musical de los gustos cortazianos; que además se acompaña de un apapacho sonoro en forma de 21 canciones con varias de las referencias dentro de Rayuela.
4. Haruki Murakami (novelista japonés)
Tal cual: Murakami y su obra son una propuesta de jazz. Su vida y sus novelas comenzaron a tener sentido a partir de la música. Hasta los 29 todo su eje de vida giraba alrededor de su conexión musical y fue en esta misma sintonía en que descubrió su talento como escritor.
Supo traducir ese bagaje auditivo en narrativas deleitables, hasta convertirse en un eterno favorito del Premio Nobel de Literatura. Supo traducir la misma libertad y espontaneidad de la música (sobre todo del jazz) a la belleza del lenguaje escrito.
“Cuando cumplí 29, de repente, de la nada, tuve esta sensación de que quería escribir una novela –de que podía hacerlo. No podía escribir nada que estuviese a la altura de Dostoyevsky o Balzac, por supuesto, pero me dije a mí mismo que eso no importaba. No quería convertirme en un gigante literario. Aun así, no tenía idea de cómo escribir una novela o de que escribir. Después de todo, tenía cero experiencia, y ningún estilo propio a mi disposición. No conocía a nadie que pudiera enseñarme cómo hacerlo, o siquiera amigos con quienes hablar sobre literatura. En ese momento lo único que me consolaba era pensar lo maravilloso que sería si pudiera escribir como si estuviera tocando un instrumento”.
Haruki Murakami – The New York Times
5. Sweet and Lowdown (película / Woody Allen)
Sweet and Lowdown narra la historia del ficiticio Emmet Ray (interpretado por Sean Penn), un guitarrista de jazz excepcional que se enamora de una chica muda. La trama está situada en la década de los 30, en un formato de mockumentary, en el que varias veces, durante el filme, se ven intervenciones de todo tipo de críticos y expertos, verdaderos y falsos, incluyendo una aparición del propio Woody Allen.
El personaje de Emmet está inspirado en el famoso guitarrista Djanjo Reinhart, y del cual Emmet es fan en la trama. Emmet es una personalidad curiosa, con un gran ego, problemas de adicción y excesos, con rasgos de locura en sus hobbies extraños y un profundo sentido de incongruencia en su estilo de vida y sus aspiraciones (como todo buen personaje nacido de la mente de Allen).
La música es sin duda exquisita. Tiene un ritmo alegre, dulce y melancólico a la vez (indeed). Disfruta del soundtrack completo dando click aquí.
6. Bird (película / Clint Eastwood)
Bird (1998) es un tributo biográfico del famoso saxofonista Charlie Parker, apodado “Bird”. La película muestra escenas relevantes de su vida, desde su infancia hasta su prematura muerte a las 34 años. El argumento muestra los dos grandes ejes de la vida de Parker: el jazz y las drogas.
Charlie fue sin ninguna duda una de las grandes adquisiciones del jazz, aunque su vida llena de excesos y descuidos lo orillaron a una vida complicada con un descenso repentino en su carrera, hasta culminar en una temprana muerte.
Los amantes y críticos del jazz lo consideran dentro del arsenal pesado del género, junto con figuras como Duke Ellington, Louis Armstrong y Miles Davis. Este largometraje es agridulce pero con un gran soundtrack y la actuación de Forest Whitaker como el propio Charlie.
7. “Rhapsody in blue” (corto animado / Fantasía 2000 de Disney)
“Rhapsody in blue” es una composición original de George Gershwin (por ahí de 1924). Quizás para aquellos no tan involucrados en el quién es quién del jazz este nombre no resuene mucho; sin embargo, varios conocemos las melodías de esta creación gracias a un corto incluido en la obra maestra de Disney: Fantasia 2000.
Con el nombre homónimo a la obra musical, “Rhapsody in blue” se trata de un corto animado en 2D (es decir dibujado cuadro a cuadro) en el que se cruzan cuatro personajes con estilos de vida que los hacen infelices.
El ritmo de la música y la sincronía de la animación son una combinación magnífica; con un mensaje bello que dicta que está en nosotros ver la vida con otros ojos, o en este caso, con jazz de fondo.
BONUS: mapas interactivos de música
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