El martes 9 de noviembre, el Presidente Andrés Manuel López Obrador viajará a Nueva York, a la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde mandará un mensaje, en el contexto de la presidencia temporal y rotativa de México en el Consejo de Seguridad. De manera general, el presidente adelantó que tocará los temas de combate a la corrupción y a la impunidad; hablará de honestidad y de la lucha en contra de la desigualdad social.
El presidente mantiene la estrategia que señala que la mejor política exterior es el fortalecimiento de la política interior; así como, el seguimiento puntual a los principios de la diplomacia mexicana, que tienen como ejes el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la no intervención. Viaja un día después de que las fronteras con Estados Unidos se reabrieron para viajes no esenciales, de haber enviado su iniciativa de reforma energética y luego de que Emilio Lozoya está en la cárcel.
Nuevamente, la oposición adelantó que la visita de AMLO a Nueva York será un desastre, dado el poco fogueo internacional que tiene el Presidente. Otra vez se equivocan. En el exterior puede o no gustar las formas de López Obrador, pero nadie, dentro y fuera, le puede regatear el apoyo popular del que goza después de tres años de gobierno y su liderazgo en la conducción política del país. Como lo ha repetido hasta el infinito. No está de florero.
Es el segundo viaje de AMLO a Estados Unidos. El 8 y 9 de julio de 2020, el mandatario mexicano viajó a ese país a entrevistarse con el entonces presidente estadounidense Donald Trump. Pese a los malos augurios de sus detractores, el discurso que dio ante su homólogo estadounidense fue de un estadista. Sirvió para fortalecer las relaciones con ese gobierno.
¿Por qué hablará de corrupción e impunidad en el Consejo de Seguridad? Porque la corrupción ha sido y sigue siendo el talón de Aquiles de las democracias Latinoamericanas. El caso Odebrecht y sus implicaciones en México y otros países, así lo evidencian. AMLO repetirá en el Consejo de Seguridad lo que diariamente dice en sus conferencias mañaneras: que su gobierno está totalmente comprometido en el combate a la corrupción. El contexto, el momento y el tono, marcarán la diferencia. No sólo llevará su discurso anticorrupción al plano internacional, sino que se convertirá en uno de los principales críticos internacionales del neoliberalismo. Más aún, presentará el proyecto de la Cuarta Transformación como una vía para combatir la pobreza y la desigualdad en el mundo.
Andrés Manuel no llevará el mejor traje, la corbata más fina o los zapatos más elegantes; desconoce los protocolos de la diplomacia internacional; no sabe inglés u otro idioma; apenas ha salido del país; pero su presencia latinoamericana crecerá y será punto de atención de la comunidad internacional, por dos razones: la primera, su liderazgo es auténtico y la segunda, dice lo que piensa; dos aspectos escasos en los mares tormentosos de la diplomacia. La política es de bronce.