La alcaldesa de Atlixco, Ariadna Ayala, ha logrado construir un patrimonio considerable en los tres años que lleva en el cargo. Sin embargo, la forma en que ha transparentado su riqueza genera más preguntas que respuestas. A través de su declaración patrimonial, la alcaldesa ha revelado la compra del 50 por ciento de la Universidad Panamericana de Puebla, una acción que ha aumentado considerablemente su poder económico, pero que no ha sido suficientemente explicada.
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Según los documentos obtenidos, en diciembre de 2021 Ayala adquirió el 49 por ciento de las acciones de dicha universidad, que en su declaración reportó con una ganancia mensual de 70 mil pesos. Sin embargo, en su más reciente declaración patrimonial, presentada en mayo de 2024, se confirma que su participación aumentó a un 50 por ciento, pero con una reducción de su remuneración mensual a 25 mil pesos. Este cambio en sus ingresos, que parece más una estrategia para disimular la magnitud de sus ganancias, despierta serias dudas sobre el origen de su fortuna.
El aumento de su patrimonio no se limita a esta universidad. En su declaración de 2021, la alcaldesa también reportó la compra de un terreno de 637 metros cuadrados en Atlixco, con un valor de 500 mil pesos, además de bienes raíces, Ayala también posee dos vehículos: una camioneta Jeep Sahara 2019, comprada por 899 mil 900 pesos, y un Toyota Aveo 2018, con un costo de 110 mil pesos. Ambos vehículos fueron adquiridos mediante crédito. No hay mención de otros bienes o inversiones, pero las cifras y el tipo de propiedades que ha adquirido en tan poco tiempo son, cuanto menos, sorprendentes.
Lo que genera indignación es la opacidad en torno a los detalles de sus negocios y la falta de explicaciones claras sobre cómo una funcionaria pública ha logrado un patrimonio tan considerable en tan corto tiempo. En lugar de dar un ejemplo de transparencia e integridad, la alcaldesa parece haber aprovechado su posición de poder para acumular bienes sin la debida justificación.
A medida que su riqueza crece, también lo hacen las dudas sobre la procedencia de sus ingresos. Las incoherencias en su declaración patrimonial no hacen más que alimentar la desconfianza entre la ciudadanía. La alcaldesa ha elegido no dar cuentas claras, lo que la coloca en una situación aún más cuestionable.
Ariadna Ayala, en lugar de actuar con la transparencia que su cargo exige, está mostrando una falta total de responsabilidad. La rapidez con la que ha acumulado bienes, junto con la opacidad en su declaración, deja una sensación de impunidad. Los ciudadanos de Atlixco merecen explicaciones claras, pero lo único que se está dejando ver es una gestión que se aleja cada vez más de los principios de integridad.
Foto: El Ciudadano
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