Una red de telescopios repartidos por toda la Tierra logró captar la primera imagen de Sagitario A, un enorme agujero negro que habita en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Este «monstruo» tiene una masa cuatro millones de veces mayor que la del Sol.
Sagitario A* está a unos 26 mil años luz de nuestro planeta, por lo que no representa un riesgo para la Tierra. Se calcula que el anillo es de unos 60 millones de kilómetros, aproximadamente lo equivalente a la órbita de Mercurio alrededor del Sol.
La imagen que se captó de Sagitario A* muestra una región obscura central, donde reside el agujero. Alrededor hay un anillo de luz proveniente de gas súper caliente que se mueve rápidamente por inmensas fuerzas gravitatorias. De hecho, debido a estas fluctuaciones de luz, se requirieron de años de análisis y calibraciones para reconstruir la imagen completa del agujero negro.
En este logro para la ciencia participaron más de 300 científicos, en ocho observatorios distribuidos en países como Estados Unidos, México, Chile, la Antártida y España. A este equipo se le conoce como Telescopio del Horizonte de Eventos (EHT, por sus siglas en ingles).
Captar esta imagen representó un auténtico reto tecnológico. Para lograrlo fue necesario que los ocho telescopios captaran el mismo frente de ondas de luz. De esta forma, los telescopios formaron una sola gran antena del tamaño del diámetro de la Tierra. Aun así hubo que hacer correcciones y algoritmos para rellenas algunos espacios vacíos. A esta técnica se le denomina interferometría.
El nombre de Sagitario A* se debe al astrónomo Robert Brown, quien descubrió una potente fuente de luz en esa constelación en 1974.
La imagen de este supermasivo agujero negro llega tres años después de la publicación de la fotografía del agujero negro M87*. Dichas fotografías se publicaron en 2019 y fueron captadas en la galaxia Virgo A. En aquel entonces se dejó claro que la imagen en realidad no era una propia de un agujero negro, pues estos cuerpos celestes no se pueden fotografiar porque son basicamente obscuridad. Sin embargo, como no existe nada que pueda escapar de ellos, ni siquiera la luz, es posible captar la silueta de la materia que gira a su alrededor.
Foto: Agencias