Hace dos semanas, el pozo de agua potable ubicado en el jardín Alfonso XIII, en la colonia Álvaro Obregón, sufrió una contaminación con productos, cuya composición aún no se determina totalmente. Este pozo surte a más de una decena de colonias en la alcaldía Benito Juárez, donde los vecinos detectaron en el agua un color turbio y un olor parecido a la gasolina. Los vecinos, por diversos medios, denunciaron este problema ante las autoridades correspondientes.
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Después de varios días, de denuncias constantes y ante la falta de respuesta satisfactoria de las autoridades, los vecinos bloquearon la avenida de los Insurgentes en ambos sentidos, como una medida de presión para que sus demandas fueran atendidas. El bloqueo se prolongó por cuatro días.
Los vecinos demandan que las autoridades den a conocer el origen y contenido de la contaminación, información veraz para actuar en caso de algún síntoma por ingesta de agua contaminada, apoyo con agua potable y la reparación de la red de suministro.
En este tiempo, las autoridades de la Ciudad de México cancelaron el pozo, lo resguardaron, atendieron a los vecinos, junto con la Guardia Nacional, instalaron plantas potabilizadoras, analizaron el agua, para conocer los componentes de la contaminación y de esta manera, identificar su posible origen.
Es un conflicto social en proceso, que poco a poco va encaminándose hacia una solución para este problema específico, pero que pone en el centro de la atención pública una de las aristas de la enorme complejidad que representa el suministro de agua potable en la capital del país.
Bien por los vecinos que se organizaron para defender su derecho humano al agua. Bien al hacer una manifestación pacífica, enérgica, pero comprensible, dado que el agua es un recurso fundamental para la vida.
Quizá las autoridades de la Ciudad de México podrían haber actuado con mayor oportunidad, pero lo importante es que están atendiendo el problema. El gobierno busca soluciones, con métodos adecuados analiza el origen de la contaminación, para después remediar el daño y reparar la falla, prevenir hechos similares y restablecer el suministro de agua en esta parte de la Ciudad.
Bien por los vecinos que no se dejaron manipular por los zopilotes que merodearon esta protesta para sacar raja política a un mes y medio de las elecciones. Siempre dieron información certera respecto a sus demandas a los medios de comunicación sensacionalistas que dieron una amplia, diría muy amplia, cobertura a este problema con un sesgo editorial evidente.
La oposición pronosticó que en abril la ciudad se quedaría sin agua. Falló. Efectivamente, los problemas de abasto son importantes, se presentan año con año, particularmente en estas fechas, pero no vivimos el escenario apocalíptico, pronosticado y deseado por la oposición.
Lo que sí debe quedar claro para todas las fuerzas políticas es que el tema del agua, en sus múltiples variantes, es uno de los más apremiantes para el presente y futuro de nuestra ciudad. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.
@onelortiz
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