«Cerillitos» el oficio que salva la economía de adultos mayores

Muchos de las personas de la tercera edad no alcanzaron obtener una pensión, por lo tanto ven el empacar como una entrada de dinero

«Cerillitos» el oficio que salva la economía de adultos mayores

Autor: David Celestino

Miles de adultos mayores de la ciudad de Puebla, que laboraban como empacadores voluntarios, retomaron sus actividades en tiendas de autoservicios, algunos, porque sus ingresos no son suficientes y otros para mantenerse activos.

Su labor en las cajas de los almacenes fue suspendida en 2020 por la pandemia de Covid-19, pues fueron mandados a casa por ser uno de los grupos vulnerables ante la enfermedad. Meses tras la contingencia sanitaria y la aplicación de vacunas contra el virus, las personas empacan de nuevo.

Con 2 trabajos, María subsiste a los 77

Aunque María del Carmen trabajó toda su vida, no logró conseguir una pensión, por lo que a sus 77 años es «cerillito», en el programa de empacadoras voluntarios del sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) del municipio de Puebla.

La mujer cuenta que llegan a ganar de 150 hasta 250 pesos al día, dependiendo de la jornada, el cliente o si es quincena, mientras que las jornadas para todos los voluntarios son de cinco horas.

Hace unos meses, doña María comenzó a recibir el apoyo federal para adultos mayores, sin embargo, comenta que aún vive «al día», por lo que en las mañanas, tiene un trabajo de medio tiempo.

«Vestirme, calzarme y pagar mi renta, apenas y va saliendo. Algunas veces un pequeño obsequio que le hago a los nietos», comenta la mujer en entrevista con este medio.

Doña María relata que trabajo desde los 12 años, cuando ayudaba a su padre en su taller mecánico a hacer «cuentas y mandados«, mientras que su primer empleo remunerado fue a los 17.

10 años empacando, y «hasta que el cuerpo aguante»

Por su parte, don Pedro relata que labora como empacador voluntario desde hace 10 años, lo cual le ayuda a «superar gastos» y mantenerse activo, por lo que comenta «estoy muy a gusto».

Aún recuerda que fue un 20 julio de 2012 cuando comenzó a empacar en tiendas de autoservicio, luego de conseguir su jubilación tras décadas de trabajar en una empresa, donde consiguió una pensión con el salario mínimo.

«Más que nada me gusta estar activo, aparte de las efemérides, la mejor distracción es el trabajo, se mantiene uno activo. El estar activo a esta edad es bueno».

El señor comentó que planea laborar «hasta que el cuerpo aguante», o cuando la tienda y el DIF le digan que ya no puede seguir en la tienda, pues él mismo reconoce que al avance de los años «ya no es tan rápido como antes».

Pandemia les quitó el trabajo

En entrevista, durante una entrega de reconocimientos a los empacadores hace unos días, la directora del DIF capitalino, Carolina Morales García, señaló que la contingencia sanitaria dejó sin ingresos a los empacadores.

Comentó que, entre los adultos afiliados al programa, hay personas cuyo único ingreso son las cooperaciones voluntarias y otros más reciben apoyos.

Aunque volvieron a los establecimientos, algunas cadenas comerciales no permiten este esquema de trabajo en sus tiendas, por lo que la funcionaria municipal pidió a las empresas retomar esta actividad, pues señala que además de ser un ingreso, ayuda a la «socialización» de los adultos.

Morales García comentó que en la ciudad de Puebla hay aproximadamente mil 500 adultos empacadores, de los cuales 975 están en el programa del Ayuntamiento.

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Foto: Agencia Enfoque

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