Claudia Sheinbaum en Puebla, tres crónicas

El 10 de marzo centenas de seguidores de Morena, PT y PVEM que se congregaron desde temprano para aguardar la llegada de la candidata Claudia Sheinbaum a Puebla

Claudia Sheinbaum en Puebla, tres crónicas

Autor: Onel Ortiz

Viva Claudia “Cheinbaum”

El 10 de marzo, el Sol alcanzó su punto álgido sobre el Jardín Juárez, de Tehuacán, donde centenas de seguidores de Morena, PT y PVEM que se congregaron desde temprano para aguardar la llegada de su candidata. Mientras tanto,  a unas calles, en el Museo de la Virgen del Carmen, los medios de comunicación miraban con insistencia la calle esperando la llegada de Claudia Sheinbaum.

El comité de recepción estuvo integrado por líderes y candidatos de la Coalición Juntos Seguimos Haciendo Historia, como Alejandro Armenta, candidato a gobernador; Nacho Mier y Liz Sánchez, candidatos al Senado de la República; Rosario Orozco, candidata a diputada federal; Olivia Salomón del equipo de campaña de Claudia Sheinbaum; Rodrigo Abdala, coordinador de la campaña de Armenta y los líderes de Morena, PT y PVEM.

En su conferencia de prensa, además de hablar de sus cien compromisos de gobierno, de los apoyos a mujeres y a grupos vulnerables, la candidata se refirió a las inconformidades de grupos morenistas por la designación de candidatos a presidentes municipales y diputados locales. Palabras más, palabras menos dijo que existe en fundadores de Morena que no ganan una encuesta y que, en cambio, hay personajes externos que tienen presencia en la sociedad. Llamó a confiar en lo que quiere el pueblo, a través de las encuestas. Más de uno levantó la ceja y pensó que eso está muy bien, el problema es que las encuestas que definieron las candidaturas no se hicieron públicas y en algunos casos, ni encuestas hubo.

A las 12 del día, con el sol implacable sobre el jardín principal, la expectación creció entre los convocados por las fuerzas vivas de Morena. Desde el Restaurante la Lonja, reconocido epicentro de la vida política de Tehuacán, donde se disfrutan las famosas tortas de conejo, el que escribe estas líneas observó el espectáculo político desde la perspectiva de la calle. El rito permanente de la lucha por el poder.

El parque se llenó gradualmente, unos porque fueron a pasear y otros los de gorras y banderas para apoyar a la candidata morenista, así como de porras para los líderes locales.  «¡Viva Claudia Cheimbaum!», exclamaba una señora a todo pulmón con una gorra de color guinda. Una corrección oportuna de uno de sus compañeros recordó que no era «Cheinbaum», sino Sheinbaum. Hecha la aclaración, el fervor continuó con un rotundo «¡Que viva La Cheinbaum!».

De repente, la atmósfera se volvió  eléctrica. Fotógrafos y reporteros  apresuraron su paso y prepararon sus lentes y grabadoras, para capturar cada movimiento. La candidata puntera en las encuestas, la posible primera presidenta de México, avanzó entre abrazos y selfis. Vestía un impecable vestido blanco y lucía un collar de flores amarillas y rojas.

Ante sus simpatizantes, líderes partidarios y candidatos locales, Claudia Sheinbaum ofreció una síntesis de sus cien propuestas de gobierno, destacando sus planes de infraestructura y su compromiso con el apoyo a las mujeres. El grito unánime de ¡Viva Claudia “Cheinbaum”!, resonó al final del discurso, encapsulando la energía y el respaldo de este día en la plaza principal de Tehuacán.

Claudia  y el Niño Doctor

Ya con un Sol inclemente, Claudia Sheinbaum desafió las altas temperaturas para hacer una parada estratégica en Tepeaca. Un lugar que, según la historia, es más antiguo que la Gran Tenochtitlán, donde los conquistadores fundaron la Villa Segura de la Frontera y alberga la casa de Hernán Cortés. Un escenario de alta carga simbólica para la política puntera en las encuestas.

Claudia Sheinbaum llegó a la tierra del Niño Doctor, una de las figuras religiosas más veneradas en Puebla. A la gira se unió  Ricardo Monreal.

Desde la primera fila en la zona VIP, un Alejandro Armenta nervioso, quien, según se dijo, ya tiene el reloj en cuenta regresiva para iniciar su propia campaña saludaba al respetable. Parece que las ansias electorales están cocinando las habas antes de tiempo. Bajo una enorme lona blanca y sillas, la nueva clase política morenista siguió los discursos de Liz Sánchez, Ricardo Monreal, Claudia Rivera, candidata a diputada local  y la propia, Claudia Sheinbaum.

Claudia, la Sheinbaum, se dirigió a la multitud con entusiasmo, o al menos eso intentó, considerando el bochornoso clima. Habló de sus 100 compromisos de gobierno, haciendo hincapié en los ferrocarriles, en particular el México-Puebla-Veracruz. Una elección acertada para una entidad con una rica historia ferroviaria, algunos se preguntaban si Claudia visitaría al Niño Doctor para asegurar los dos tercios del Plan C. Eso no ocurrió salió volando hacia su siguiente parada.

En su discurso, Sheinbaum prometió la continuidad de los programas sociales y más apoyo para las mujeres.  La visita a Tepeaca, con su mezcla de historia, política y calor infernal, se convirtió en una fecha para recordar. Y aunque algunos sugirieron que hubiera sido más sensato traer un termómetro gigante en lugar de discursos políticos, al menos dejó a los habitantes de Tepeaca con una anécdota más que añadir a su rica historia que ha visto pasar a los hombres de poder desde la conquista.

Claudia y la Pirámide de Cholula

Mientras el Sol se regodeaba sobre la imponente pirámide de San Pedro Cholula, Claudia Sheinbaum, hizo su entrada en medio de un ambiente festivo.

La pirámide, testigo mudo de la primera masacre que marcó el inicio de la colonización en 1519, ahora presenciaba un evento político más. ¿Quién iba a pensar que una de las cunas de la civilización prehispánica se convertiría en el escenario para la lucha por el poder del México contemporáneo?

Entre la brisa cálida y leve olor a marihuana, los asistentes se congregaron para escuchar a la señora Sheinbaum cerrar su gira por Puebla. Acompañada de una comitiva que  ya a esa hora lució insolada, Claudia cerró su primera jornada electoral en Puebla, una de las plazas estratégicas para su triunfo el próximo 2 de junio.

El mitin fue el más prendido de la jornada. Quizás fue que comenzaba a ceder el calor, o quizás el ambiente festivo, el efecto de la buena comida, el alcohol y la música, pero algo estaba claro: San Pedro Cholula recibió con ánimo a la candidata de Morena.

Nacho Mier hizo uso de la palabra y trató de infundir emoción en la multitud hablando sobre la importancia histórica de Cholula para Puebla y México. ¡Y cómo no! La trascendencia de tener por primera vez en la historia una presidenta de la república estaba sobre la mesa.

Claudia Sheinbaum, al pie de la pirámide, tomó la palabra. Interactuó con el auditorio, que respondía  a los cuestionamientos y consignas históricas de la Cuarta Transformación. Fue el momento culminante de la tarde.

Claudia terminó su discurso con un llamado a votar por todos los candidatos de Morena y a seguir con el legado del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Mientras las últimas palabras resonaban en el aire, el Sol se escondió tímidamente tras los volcanes y el Popocatépetl, como si quisiera sumarse al fervor político, lanzaba una fumarola más.

Y así, entre la historia milenaria y la política moderna, San Pedro Cholula presenció el paso de Claudia Sheinbaum y su comitiva, dejando una estela de promesas, fervor y, quién sabe, tal vez un poco de esperanza en el aire.

Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

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Por: Onel Ortíz Fragoso

@onelortiz

Foto: Archivo El Ciudadano

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