Claudia Sheinbaum: México no solo busca cooperación, sino que exige respeto

La presidenta se enfrenta a un reto en defensa de la soberanía nacional, por lo que es fundamental reafirmar la independencia del país, frente a las injerencias de políticos extranjeros

Claudia Sheinbaum: México no solo busca cooperación, sino que exige respeto

Autor: Fernando Cabrera

El 17 de diciembre de 2023, Donald Trump publicó en Truth Social una declaración que desató controversia: «La inmigración ilegal está envenenando la sangre de nuestra nación», encendiendo una vez más las alarmas sobre el peligro de su retórica.

Las palabras de Trump no solo fueron condenadas por la campaña de Joe Biden y diversos sectores, sino que también desataron comparaciones directas con los discursos fascistas de Adolf Hitler. Esta declaración evoca un sombrío recuerdo de épocas en las que el racismo y la xenofobia fueron utilizados para justificar atrocidades históricas.

Lo más preocupante es que este tipo de comentarios no son excepcionales en la trayectoria política de Trump. Desde su primera campaña presidencial en 2016, donde lanzó acusaciones incendiarias contra los inmigrantes mexicanos, tachándolos de «violadores» y «criminales», hasta su promesa de construir un muro en la frontera sur, ha hecho de la xenofobia y el racismo una parte central de su plataforma. Con su regreso al poder tras las elecciones de noviembre de 2024, la preocupación sobre el aumento de tensiones raciales en el país es más urgente que nunca. El resurgimiento de mensajes racistas dirigidos a comunidades negras y latinas en múltiples estados refleja la peligrosidad de su liderazgo.

A esta creciente crisis social y política se suma la posición que México ha adoptado. La presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta un reto monumental en política exterior, especialmente en lo relacionado con la migración. La histórica relación entre ambos países, compleja y entrelazada, depende de decisiones que no solo protejan a los migrantes mexicanos en Estados Unidos, sino que también preserven los puentes culturales y económicos vitales que unen a ambos pueblos.

El desprecio hacia los migrantes, como lo muestra Trump, no solo atenta contra la dignidad humana, sino que ignora la contribución esencial de estos trabajadores en la economía estadounidense. Organizaciones migrantes, tanto en México como en Estados Unidos, han sido claras en su rechazo a las políticas antiinmigrantes del magnate. Ante un futuro incierto en la política migratoria estadounidense, es imperativo que México asuma un papel activo en la defensa de los derechos de sus ciudadanos y en el mantenimiento de una relación diplomática fuerte y firme con el gobierno de Estados Unidos.

Sheinbaum, quien ha defendido los derechos humanos y la inclusión social, se enfrenta al dilema de cómo manejar esta crisis sin precedentes. Su liderazgo será crucial en un momento en que el racismo y el odio parecen volver a ocupar el centro del escenario político en el país vecino.

El diálogo: el mejor camino para el entendimiento

El 6 de noviembre, la presidenta Claudia Sheinbaum se dirigió a Donald Trump reconociendo su victoria electoral:

“Expreso mi más sincera felicitación a Donald Trump, quien resultó ganador de la elección presidencial de los Estados Unidos de América. En nombre de México, nuestro reconocimiento al pueblo estadounidense por el ejercicio democrático en su jornada electoral”, expresó.

Diecinueve días después, Trump informó en Truth Social, que una de sus primeras órdenes ejecutivas al tomar posesión de su cargo, sería imponer un arancel del 25 por ciento a todos los productos de México y de Canadá, así como un 10 por ciento adicional a las tarifas establecidas para las importaciones de China.

Según Trump, esta medida permanecerá vigente hasta que el gobierno mexicano detenga el flujo de drogas, especialmente fentanilo, y ponga fin a lo que calificó como una “invasión” de migrantes hacia Estados Unidos.

En un mensaje, Trump dijo que “Miles de personas están atravesando México y Canadá, trayendo crimen y drogas a niveles nunca antes vistos”. Asimismo, se refirió a una serie de caravanas de migrantes que avanzan por territorio mexicano rumbo a Estados Unidos, señalando que su objetivo es cruzar antes de que él asuma el poder.

El presidente electo criticó lo que llamó «ridículas Fronteras Abiertas» en ambos países, y subrayó que estas medidas se mantendrán hasta que haya una solución al problema. Este anuncio marca un giro drástico en la política exterior estadounidense, y coloca a México y Canadá bajo presión para abordar las demandas de Trump, quien dejó claro que no habrá concesiones en su lucha contra el tráfico de drogas y la migración irregular.

Ante ello, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió con firmeza al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, rechazando categóricamente su propuesta de imponer un arancel del 25% a los productos mexicanos.

Durante una de sus conferencias matutinas, Sheinbaum leyó la carta enviada a Trump, en la que subrayó que los aranceles y las amenazas no son el camino adecuado para abordar desafíos como la migración y el consumo de drogas.

«No es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos», afirmó Sheinbaum. La mandataria insistió en la importancia de la cooperación bilateral para enfrentar estos retos y advirtió que una guerra comercial, con aranceles de por medio, afectaría gravemente a las economías de ambos países.

Sheinbaum destacó que el éxito económico de Norteamérica radica en la continuidad de la colaboración comercial entre las naciones y argumentó que el diálogo es esencial para mantener la competitividad frente a otros bloques económicos. «El diálogo es el mejor camino para el entendimiento, la paz y la prosperidad en nuestras naciones. Espero que nuestros equipos puedan reunirse pronto», agregó la presidenta.

En cuanto al tema migratorio, Sheinbaum enfatizó los avances logrados en su gobierno, que han llevado a una reducción del 75% en los encuentros migratorios en la frontera desde diciembre de 2023. Asimismo, mencionó que aproximadamente la mitad de los migrantes llegan a la frontera de manera legal gracias al programa CBP One de Estados Unidos, subrayando que este enfoque ha permitido una gestión más efectiva de la migración.

La presidenta reafirmó su compromiso con la diplomacia y la colaboración para resolver problemas comunes, marcando una clara oposición a las políticas unilaterales propuestas por Trump. También resaltó la necesidad de abordar las causas de fondo de la movilidad migratoria y llamó a una cooperación internacional más efectiva para enfrentar el tráfico de drogas y armas, señalando que un 70% de las armas ilegales incautadas en México provienen de Estados Unidos.

Políticas migratorias con deportaciones masivas y militarización

Donald Trump confirmó su intención de recurrir a las Fuerzas Armadas para implementar un plan de deportación masiva de migrantes, una medida que incluiría la declaración de una emergencia nacional. Esta acción revive las polémicas políticas migratorias que caracterizaron su primer mandato, donde ya había utilizado recursos del Pentágono para construir el muro fronterizo en 2019. Ahora, Trump planea extender estas tácticas, agregando a su agenda la eliminación de la ciudadanía por derecho de nacimiento, un cambio que desafía la 14ª Enmienda de la Constitución.

El magnate ha reiterado que su objetivo es deportar a familias migrantes de manera conjunta para evitar la separación familiar. Sin embargo, este enfoque ha generado preocupación entre defensores de los derechos humanos, quienes critican el impacto que tendría en la vida de millones de personas.

Un aspecto inquietante es la creciente participación de milicias en la frontera. Estas organizaciones, que incluyen veteranos militares y exagentes de la Patrulla Fronteriza, se están organizando para apoyar la deportación masiva prometida por Trump. Aunque sus actividades han sido toleradas por algunas autoridades locales, la posibilidad de una cooperación formal con el gobierno está siendo evaluada legalmente.

Tom Homan, designado por Trump como «zar de la frontera», ha revelado que los planes para las deportaciones ya han comenzado. Durante una visita a la frontera sur, elogió las iniciativas de militarización lideradas por el gobernador de Texas, Greg Abbott, afirmando que estas serían replicadas a nivel nacional. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos advierten sobre las consecuencias económicas y sociales de estas medidas, que podrían causar una disminución significativa del PIB.

La reintroducción de la detención de familias migrantes, incluidos niños nacidos en Estados Unidos, es otra política controversial en la agenda de Trump. A pesar de que la administración de Joe Biden cerró estos centros de detención, Trump y Homan buscan reinstaurarlos, lo que ha sido condenado tanto dentro como fuera del país por su impacto negativo en la salud y bienestar de los menores.

Las tensiones dentro del movimiento político de Trump también son notables. Sectores de extrema derecha abogan por un endurecimiento migratorio, mientras que líderes empresariales como Elon Musk promueven políticas más flexibles para atraer talento extranjero. Esta división podría erosionar la unidad dentro del trumpismo, que hasta ahora ha mantenido un discurso firme en temas migratorios.

El regreso de Trump a la Casa Blanca promete traer un renovado enfoque en políticas migratorias severas, combinadas con un fuerte respaldo militar y el apoyo de grupos civiles armados. Sin embargo, estas medidas enfrentan serios desafíos legales, económicos y morales, lo que anticipa una fuerte oposición tanto dentro de Estados Unidos como en la arena internacional.

México es un país libre, soberano e independiente

La presidenta respondió a las declaraciones del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, quien sugirió que México y Canadá deberían integrarse como estados de su país si continúan beneficiándose del tratado comercial T-MEC. Sheinbaum reafirmó la soberanía de México, subrayando que es un país «libre, soberano e independiente».

Trump, quien asumirá la presidencia por segunda ocasión en enero, reiteró sus críticas hacia el T-MEC, asegurando que Estados Unidos «subvenciona» a México y Canadá con cientos de miles de millones de dólares al año. El presidente electo afirmó que, si estos países continúan recibiendo esos beneficios, deberían convertirse en parte de EE.UU.

Sheinbaum rechazó la noción de un «subsidio» de EE.UU., aclarando que las exportaciones mexicanas han crecido y superado a las importaciones, en el marco de un acuerdo que ha sido beneficioso para los tres países. Además, recordó que el propio Trump fue quien firmó el tratado T-MEC, y destacó la importancia de continuar fortaleciendo este acuerdo como una forma de competir con regiones como China.

Sheinbaum también coincidió con la visión del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien destacó el potencial del T-MEC para impulsar el desarrollo en toda América del Norte, incluyendo una mayor integración con el Caribe.

Esfuerzo y valentía de los migrantes mexicanos en Estados Unidos

La presidenta Claudia Sheinbaum destacó el valor de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, a quienes calificó como «héroes y heroínas». Sheinbaum enfatizó el compromiso del gobierno con los paisanos que han dejado su hogar en busca de mejores oportunidades, señalando que su esfuerzo y valentía merecen reconocimiento y apoyo constante.

El canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente anunció una serie de estrategias para fortalecer el apoyo a la comunidad migrante. “No están solos”, aseguró De la Fuente, destacando que se implementarán diversas acciones para garantizar que los mexicanos en Estados Unidos puedan hacer valer sus derechos y acceder a servicios esenciales.

Entre las medidas anunciadas se encuentran la asesoría jurídica gratuita, la simplificación de trámites mediante la digitalización de documentos como actas de nacimiento y matrimonio, y la creación de alianzas con organizaciones sociales y autoridades locales para brindar servicios de salud y educación. Además, el programa de “Consulado Abierto” buscará acercar a los consulados a las comunidades migrantes, promoviendo un mayor diálogo y atención a sus necesidades.

La mandataria reafirmó su compromiso de continuar trabajando en favor de los migrantes y subrayó la importancia de estos esfuerzos para fortalecer los lazos entre México y sus ciudadanos en el exterior.

En defensa de Méxco

Recientemente, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump volvió a recurrir a un discurso incendiario y cargado de distorsiones, afectando seriamente la relación entre México y su vecino del norte. En su intervención, Trump no solo hizo afirmaciones infundadas sobre inmigración y seguridad fronteriza, sino que también lanzó peligrosas amenazas que podrían desestabilizar aún más las ya tensas relaciones internacionales.

Una de las declaraciones más alarmantes fue su afirmación de que 21 millones de personas habrían cruzado ilegalmente la frontera estadounidense en los últimos cuatro años, una cifra completamente exagerada y carente de fundamento. Este tipo de manipulación tiene el objetivo claro de alimentar el miedo y la xenofobia, además de polarizar aún más el debate sobre la inmigración, un tema que ya es altamente divisivo en Estados Unidos.

Sin embargo, más allá de la exageración sobre la inmigración, Trump también realizó una inquietante amenaza contra Panamá, sugiriendo que Estados Unidos podría «recuperar» el Canal de Panamá si el país no actuaba conforme a los intereses de Washington. Esta declaración refleja no solo una falta de comprensión del derecho internacional, sino también una visión imperialista que pone en riesgo la soberanía de naciones en la región.

Lo más preocupante de su intervención fue su ataque directo a México. Tras elogiar brevemente a Claudia Sheinbaum, Trump dirigió sus palabras hacia el tema de la inmigración y el narcotráfico. En particular, propuso designar a los cárteles mexicanos como «Organizaciones Terroristas Extranjeras», una medida que podría abrir la puerta a sanciones internacionales y restricciones financieras. No obstante, la amenaza más grave surgió cuando Trump sugirió que Estados Unidos podría tomar medidas militares en territorio mexicano, una insinuación ilegal que viola la soberanía de México y las normas del derecho internacional.

Ante estas provocaciones, la presidenta Sheinbaum se enfrenta a un reto en defensa de la soberanía nacional. Es fundamental que México reaccione con firmeza, rechazando las amenazas unilaterales y reafirmando su independencia frente a las injerencias de políticos extranjeros.

El liderazgo de Sheinbaum debe caracterizarse por su claridad y determinación. No se trata solo de defender la soberanía mexicana, sino de condenar enérgicamente las propuestas de intervención militar y sanciones que buscan exacerbar una situación ya compleja. México tiene el derecho de exigir respeto y cooperación, no ser utilizado como un instrumento político para intereses electorales.

Este tipo de ataques a México no es nuevo en la estrategia de Trump, quien ha utilizado al país como blanco fácil en sus discursos para ganar apoyo entre sus seguidores. Sin embargo, las consecuencias de este tipo de retórica son peligrosas, no solo para las relaciones bilaterales, sino para la estabilidad de la región en su conjunto. La oportunidad de Sheinbaum es única: demostrar al mundo que, bajo su liderazgo, México no solo busca cooperación, sino que también exige el respeto que le corresponde como nación soberana.

Ilustración: Iván Rojas

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