Previo a formalizar su inscripción como candidata presidencial ante el Instituto Nacional Electoral, Claudia Sheinbaum Pardo, representante de la coalición Seguimos Haciendo Historia, compartió un mensaje en su perfil de X. En este, reconoció a Rosario Ibarra de Piedra, destacada figura de la izquierda y activista, quien se distinguió por ser la primera mujer en aspirar a la Presidencia de México, bajo la nominación del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
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Rosario Ibarra de Piedra fue una figura clave en el movimiento de derechos humanos de México, conocida por su compromiso inquebrantable con los desaparecidos y su influencia en la configuración del panorama político del país.
Nacida en una época de turbulencia política, la vida temprana de Rosario estuvo marcada por una aguda conciencia de las injusticias sociales. Su incursión en el activismo fue impulsada por una tragedia personal: la desaparición de su hijo durante la «Guerra Sucia» de México. Este evento la transformó de una ciudadana discreta a formidable defensora de los derechos de los desaparecidos.
Los comienzos del Comité Eureka
Ante la indiferencia del gobierno, Rosario fundó el Comité Eureka, un colectivo de familias que exigían el retorno de sus seres queridos desaparecidos. A través de protestas incesantes, huelgas de hambre y apelaciones públicas, el comité atrajo la atención internacional sobre las violaciones de derechos humanos en México.
Defensa de los Derechos Humanos
La defensa de Rosario se extendió más allá de las fronteras de México, ganándose reconocimiento tanto nacional como internacional. Sus esfuerzos fueron instrumentales para lograr cambios legislativos significativos y para promover los derechos humanos como un pilar fundamental de la sociedad civil.
Carrera Política
La influencia de Rosario no se limitó al activismo; también incursionó en la política, abogando por los derechos humanos a través de medios legislativos. Sus campañas, aunque no siempre exitosas en términos de victoria electoral, fueron vitales para aumentar la conciencia y presionar por reformas.
Desafíos y Controversias
Rosario enfrentó críticas y oposición, tanto de organismos gubernamentales como, a veces, dentro de los mismos movimientos que ayudó a inspirar. Sin embargo, se mantuvo firme, un testimonio de su carácter y convicciones.
Legado e Influencia
El legado de Rosario Ibarra de Piedra es profundo. Ha inspirado generaciones de activistas y sigue siendo un símbolo de esperanza y resiliencia. Sus honores, incluyendo premios nacionales e internacionales, reflejan el impacto de su dedicación de toda la vida a los derechos humanos.
Vida Personal
El activismo de Rosario fue profundamente personal, impulsado por el dolor de la desaparición de su hijo. El apoyo de su familia y sus experiencias personales moldearon su enfoque de la defensa, haciéndola una figura empática y relacionable.
El papel de las mujeres en el activismo político
El trabajo de Rosario subraya el papel crítico de las mujeres en el activismo político. Su legado es un testimonio del poder del liderazgo femenino en el desafío a la injusticia y la abogacía por el cambio.
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