El retraso con el que ha estado publicando las listas de candidatos a presidencias municipales, además de los errores e irregularidades que se han detectado en dichas listas han exhibido la falta de organización de la dependencia, además de plantear dudas sobre su capacidad para organizar un proceso electoral pulcro.
Como ya lo ha advertido el gobernador Barbosa Huerta, el retraso en el inicio de las campañas electorales (que debieron arrancar el primer minuto del 4 de mayo, pero terminaron aprobándose a las 2.33 am, luego de un extraño receso) podría ser utilizado como motivo de impugnación de todo el proceso electoral.
El retraso provocó tal incertidumbre que los partidos políticos se abstuvieron de arrancar sus respectivas campañas al filo de la medianoche entre el 3 y el 4 de mayo. Se trató de un incidente inédito en la historia electoral de la entidad poblana.
El pasado sábado 8 de mayo, el Consejo General del IEE sesionó para atender el tema de las candidaturas pendientes; sin embargo, mandó inmediatamente a receso sin abordar ni resolver el particular, reincidiendo en una práctica que al Instituto Estatal ya se le está convirtiendo en costumbre.
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Por su parte, Genoveva Huerta, timonela en Puebla del Partido Acción Nacional, ya prepara una queja formal contra el IEE por el mencionado retraso. Además, la lideresa exige que sea el Instituto Nacional Electoral quien tome el control del proceso electoral en Puebla.
¿Qué motivó los retrasos?
Existen versiones contrapuestas para explicar este fenómeno: el gobernador Miguel Barbosa lo atribuyó al cúmulo de documentación que los funcionarios del IEE debían escrutar; después de todo, eran 26 diputaciones locales, además de 217 ayuntamientos con sus respectivas planillas.
Sin embargo, algunos partidos políticos se han quedado con la impresión de que la magnitud de la tarea está sobrepasando a los funcionarios del IEE poblano, institución que ya en elecciones anteriores ha exhibido muestras de ineptitud. El mismo Lorenzo Córdoba, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, se ha pronunciado en distintas ocasiones en el sentido de que la autoridad electoral debe actuar con previsión y anticipación, pues cuando una irregularidad alcanza a materializarse en la elección, la autoridad electoral se ve acorralada en el incómodo risco del control de daños y puede ver mermada su credibilidad, en la que descansa la razón de ser de cualquier instituto electoral.
La imagen del IEE como una loca academia de pifias electorales se afirma con las irregularidades que están saliendo a la luz, tales como las súbitas desapariciones de algunas candidaturas de listados que el IEE ya había publicado, como fue el caso de la candidata independiente Norma Romero a la alcaldía capitalina o de Víctor Martínez, aspirante a alcalde en Coyotepec por el Pacto Social de Integración (PSI).
Para profundizar, consulta: Norma Romero Cortés, la lucha por ser candidata independiente
No hay que olvidar que el cuerpo de consejeros se encuentra experimentando redefiniciones dignas de consideración, toda vez que tres de sus consejeros ya preparan maletas para irse del Instituto, como es el caso de Luz Alejandra Gutiérrez Jaramillo, Juan Pablo Mirón Thomé y José Luis Martínez López. Varios periodistas caracterizan a estos tres personajes como apéndices ya huérfanos del morenovallismo en el IEE, además de que en aquel trío, solamente José Luis Martínez López ostenta una formación académica que lo acredita como especialista en legislación y procesos electorales.
Por otro lado, el periodista Fermín Alejandro García señala en La Jornada:
Este comportamiento errático del IEE abona la idea de que, en la actualidad, las autoridades electorales en lugar de garantizar comicios limpios se han convertido en grupos de interés que atentan o frenan el avance democrático en Puebla y en general de todo el país.
Fermín Alejandro García, «El IEE en tres años pasó de defraudador electoral a hacer el ridículo». 4 de mayo de 2021
Funcionarios electorales inexpertos, falta de organización y desaseo en la gestión de los procesos electorales explicarían los lamentables episodios que, una vez más, protagoniza el Instituto Estatal Electoral de Puebla.
¡Y lo que falta por verse!