En la era digital, los videojuegos se han convertido en una forma de entretenimiento ampliamente extendida, pero su consumo descontrolado puede llevar a la adicción, un fenómeno preocupante que afecta a personas de todas las edades.
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La adicción a los videojuegos se manifiesta cuando la dependencia es tal que provoca la desatención de obligaciones y responsabilidades, con una serie de síntomas que incluyen ansiedad, mal rendimiento escolar, pérdida de la noción del tiempo, dolores físicos, estallidos de ira, aislamiento social, depresión y una mala alimentación.
Para abordar este problema, se recomienda una intervención psicológica conducida por profesionales cuando la adicción es intensa. Sin embargo, existen otras medidas que pueden ayudar a combatir el abuso de los videojuegos.
Una de las principales estrategias es limitar la compra de más juegos. Restringir el acceso a nuevos juegos durante un tiempo determinado reduce la cantidad de estímulos y recompensas, lo que puede hacer que jugar lo mismo constantemente se vuelva monótono y menos atractivo.
Además, es fundamental involucrarse en otros pasatiempos o tareas. Dedicar tiempo a actividades alternativas ayuda a romper el ciclo del juego al introducir nuevas rutinas y pensamientos estimulantes.
Asimismo, establecer límites de tiempo para jugar es esencial. Establecer un tiempo limitado de juego es preferible a restringir el acceso total a los videojuegos, ya que esto último puede provocar síntomas de abstinencia y hacer que el proceso de recuperación sea más difícil.
La adicción a los videojuegos es un problema serio que requiere atención y medidas adecuadas. Al combinar la intervención profesional con estrategias prácticas, es posible superar esta adicción y recuperar un equilibrio saludable en la vida diaria.
Foto: Agencia Enfoque
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