El fuego que comenzó en Santo Domingo Tomaltepec se ha extendido ya a tres municipios más, poniendo en peligro a cientos de familias y dejando en evidencia las fallas estructurales en la atención a emergencias ambientales en México.
Los vientos provocados por el frente frío número 38 han agravado la situación, llevando las llamas hasta Santa María El Tule, Tlalixtac de Cabrera y San Francisco Lachigolo. Estos municipios, ubicados en la zona conurbada de Oaxaca capital, enfrentan una emergencia que rebasa la capacidad local de respuesta.
Brigadas comunitarias, personal de la Comisión Estatal Forestal (Coesfo), de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), así como elementos del Ejército y Guardia Nacional, trabajan sin descanso para intentar contener el siniestro. Pero son los vecinos de las zonas afectadas quienes, con cubetas y pipas, se suman a esta lucha desigual.
Un combatiente de la Coesfo explicó que la magnitud del incendio y la fuerza del viento impiden atacar las llamas de frente sin poner en riesgo la vida del personal: “Este tipo de conflagraciones son muy complicadas de atender y sofocar, pues la intensidad de las llamas puede variar de un momento a otro”.
Santa Catalina de Sena, comunidad perteneciente a Tlalixtac de Cabrera, ha sido evacuada parcialmente debido a la propagación del humo y el fuego. Sin embargo, varias familias se han negado a dejar sus hogares, resistiendo con dignidad ante el temor de perderlo todo.
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En Santo Domingo Tomaltepec se ha instalado un refugio temporal para personas desplazadas por el incendio, mientras las autoridades locales y estatales intentan coordinar acciones de mitigación.
Fotografía: Redes
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