Depresión: causas globales y la lucha por la esperanza

La pandemia, factores sociales, hiperexigencia, vínculos superficiales y la precariedad contemporánea contribuyen al aumento de la depresión

Depresión: causas globales y la lucha por la esperanza

Autor: Lizzette Vela

En todo el mundo, una profunda tristeza, abatimiento y desesperanza invade las vidas de millones de personas, revelando un alarmante aumento en los casos de depresión.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 280 millones de personas padecen este trastorno, lo que representa un aumento del 18% en la última década.

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Este incremento, según la OMS, no sólo subraya la prevalencia común de la depresión, sino también su gravedad, ya que puede conducir incluso al suicidio.

En el Día Mundial de la Depresión, surge la pregunta: ¿cuál es la razón detrás de este preocupante aumento? Más allá de los eventos traumáticos de la vida, como la pérdida de un ser querido o el diagnóstico de una enfermedad grave, existen numerosos factores de riesgo menos conocidos, pero igualmente relevantes, como problemas sociales, genéticos, personales y existenciales que contribuyen a este aumento.

La depresión, según la Dra. María Eugenia Rojas, coordinadora de la Unidad de Trastornos Afectivos del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, es un trastorno del estado de ánimo que se manifiesta con una persistente sensación de tristeza, pérdida de interés en actividades diarias, cambios en el apetito y el sueño, entre otros síntomas.

Sin embargo, el Dr. Oscar A. Paulucci, psicoanalista y especialista en Psiquiatría, cuestiona el término «depresión», argumentando que puede abarcar desde la tristeza hasta cuadros psicóticos, señalando la tendencia a medicalizar el sufrimiento humano.

La gravedad de la depresión varía desde episodios leves hasta formas más graves, afectando significativamente la calidad de vida y la funcionalidad diaria de una persona. La Dra. Cynthia Zaiatz, jefa del servicio de Salud Mental del Sanatorio Modelo de Caseros, destaca que las personas con depresión tienen dos o tres veces más posibilidades de desarrollar discapacidades sociales.

La pandemia de Covid-19 ha sido un factor reciente que ha contribuido significativamente al aumento de la depresión. Según la OMS, el estrés sin precedentes debido al aislamiento social, las limitaciones laborales y la preocupación por la salud provocó un aumento del 25% en la prevalencia mundial de ansiedad y depresión en el primer año de la pandemia.

El Dr. Paulucci sugiere que el aumento de la depresión puede atribuirse a diversos factores, como la precariedad en la que vive el hombre moderno, marcada por guerras, migraciones, inestabilidad laboral y afectiva.

También destaca el imperativo de éxito, consumo y goce ilimitado, que lleva a exigencias crecientes y a la insatisfacción. Además, señala la obsolescencia de los objetos y personas, la laxitud de los vínculos y la presencia de un «autismo generalizado» debido al uso constante de dispositivos electrónicos.

Los factores de riesgo de la depresión incluyen aspectos sociodemográficos, factores genéticos y comorbilidades con enfermedades crónicas. Las mujeres tienen el doble de probabilidades de sufrir depresión que los hombres, y la heredabilidad genética es un factor significativo.

Diferenciar entre ansiedad y depresión puede ser desafiante debido a la similitud de los síntomas y causas. Ambas son respuestas adaptativas a situaciones amenazantes o pérdidas, pero la ansiedad se manifiesta con miedo, mientras que la depresión con tristeza.

El tratamiento de la depresión implica enfoques personalizados que combinan tratamientos médicos, terapéuticos y cambios en el estilo de vida.

La medicina de precisión, como la ofrecida por la startup Neomente, que utiliza información clínica, genética y biomarcadores sanguíneos para proporcionar un diagnóstico y tratamiento personalizados, representa un avance significativo en el tratamiento de la depresión.

En última instancia, abordar la depresión implica una comprensión profunda de sus múltiples facetas y la búsqueda de tratamientos personalizados que consideren la complejidad de cada individuo, así como la importancia de escuchar y dar espacio a la palabra del paciente para facilitar la elaboración de su malestar y deseo.

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Foto: Agencia Enfoque

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