Seguramente a estas alturas ya lo sabes, pero en caso de que no, te enteramos: la noche de ayer, un comentarista político de Tijuana llamado Gustavo Macalpin fue despedido en vivo de su programa “Ciudadano 2.0” por Luis Antonio Cabada, el director del Canal 66 de la localidad fronteriza.
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Ayer, en plena emisión de su programa, el director Cabada irrumpió en el set donde Macalpin hacía su trabajo, para decirle: “Realmente vengo a agradecerte estos seis años de trabajo, se ha cumplido un ciclo y has hecho un trabajo extraordinario”. Y punto. No se le brindó, ni a él ni a la audiencia, que presenció tan bochornoso episodio, mayor explicación.
Como quien dice, una escena digna de la película Network (1976). O peor aún, de «El aprendiz».
Un poco desconcertado al principio, Macalpín rápidamente recobró la compostura y replicó:
“Ahí tiene usted, querido tío, querida tía, una sorpesa, una manera bastante extraña de que se informara, pero bueno, yo muy contento con ustedes”.
Con todo el profesionalismo que la ocasión requería, Macalpin condujo esa última emisión hasta el final, y un par de horas después se encontró con que se había convertido en tendencia nacional.
Sobre los motivos del despido, la línea más fuerte de especulación apuntaba a posturas críticas que Macalpin había asumido respecto a María del Pilar, gobernadora de Baja California, y al esposo de ésta. De hecho, el comentarista Chumel Torres sugirió la posibilidad de que siendo Canal 66 “un canal chiquito y precario”, lo más seguro es que un personaje poderoso (o poderosa) que se hubiera sentido agraviado (o agraviada) por las chanzas de Macalpin, le hubiera tronado los dedos al directivo de Canal 66, exigiendo incluso que “lo corrieran al aire”.
La cresta de atención que experimentó el comentarista acaeció hoy, durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheiunbaum, quien inquirida al respecto, sugirió que le devolvieran su programa y reflexionó que si el despido se debía a las diatribas del conductor sobre la gobernadora de Baja California, María del Pilar, no era correcto.
Ante ello, Gustavo Macalpin en un video que publicó en su cuenta de X:
“Doctora: lo pasado, pisado. Después de ver la clase de persona que es el dueño de esa televisora, ¿que me regresen el programa? Gracias, pero no gracias.
En segundo lugar, la presidenta de México dijo que el despido, «pues ya es cuestión del dueño de ese canal». Presidenta, la cuestión no es el despido. De cualquier chamba te pueden correr conforme a lo legal y no pasa nada. El problema es la forma, el problema es que fue un acto de violencia. El problema es que es el dueño de un medio claramente buscando intimidar, humillar, amedrentar a un comunicador. Por eso atentamente le pido a la presidenta de México, pero sobre todo a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar, que condenen este acto de violencia”.
El caso Macalpin abona a la interrogante que existe en torno a la situación de la libertad de expresión en México, toda vez que los comunicadores no solo se vuelven blanco de violencia física por parte del crimen organizado, sino también de la violencia laboral que algunos de ellos experimentan por parte de los directivos de los medios para los que trabajan, algunos de los cuales no desean caer de la gracia del poder en turno.
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