La Jurisdicción Sanitaria número Uno “Valles Centrales” de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) comunicó que el protocolo de vigilancia epidemiológica, de prevención y control se activó por casos sospechosos de rabia humana en Palo de Lima en el municipio oaxaqueño de San Lorenzo Texmelúcan.
Los sospechosos son tres menores de edad; de ocho, siete y dos años, los cuales se encuentran bajo vigilancia médica en el Hospital Civil Dr. Aurelio Valdivieso de Oaxaca de Juárez. Dos de ellos se encuentran en grave estado.
De acuerdo a un comunicado, se realizaron pruebas de laboratorio, las cuales «se enviaron para análisis al Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (Indre), con el fin de confirmar o descartar la presencia del virus”
Por su parte, los SSO lanzó recomendaciones a la población para que identificar riesgos y dar recomendaciones. Sugirieron que en caso de presentar un agresión de animales domésticos o silvestres, acudir y reportar al servicio médico para iniciar el protocolo de atención que permita identificar la presencia del virus a tiempo.
Otras recomendaciones
- – Evitar contacto con animales silvestres.
- – Mantener basura en contenedores bien tapados.
- – Mantener puertas, ventanas y demás entradas de las casas bien cerradas para impedir el paso de fauna.
- Revisar cartillas de vacunación de los animales para evitar que se enfermen.
- Para prevenir el contagio debes vacunar a tus mascotas contra la rabia, no acercarte a animales silvestres o callejeros, así como evitar que se adentren a tu casa.
La rabia es una zoonosis viral que se transmite a través de mordeduras o rasguños profundos de un animal infectado. Uno de los principales agentes de transmisión son los murciélagos y de los huéspedes más comunes son los perros, aunque también pueden ser de coyotes, zorros, mapaches y zorrillos
El virus puede provocar la muerte, pues afecta al sistema nervioso central, el cerebro se inflama progresivamente, al igual que la médula central
Los síntomas del virus son:
– Fiebre acompañada de dolor.
– Sensación de hormigueo, picor o comezón en la zona herida.
– Deshidratación.
– Dolor de cabeza.
– Malestar general.
– Hiperactividad.
– Hidrofobia (molestias en la garganta al tragar agua) y aerofobia (miedo a las corrientes de aire por las molestias causadas).
Foto: SSO Oaxaca
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