¿Donarás tu cabello?; Columba y Sofía apoyan a pacientes con cáncer

Las adolescentes fundaron “Doné mi cabello: de corazón a corazón” que ayuda a la elaboración de pelucas oncológicas, a través del "Banco de Tapitas"

¿Donarás tu cabello?; Columba y Sofía apoyan a pacientes con cáncer

Autor: Karen Meza

Noa Columba y Kala Sofía Domínguez García decidieron juntas cortar su largo cabello para donarlo a pacientes con cáncer.

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Su idea de apoyar a las personas con este padecimiento fue más allá y se vincularon con la organización “Banco de Tapitas”, encargada de hacer las pelucas oncológicas.

Después extendieron una campaña para motivar a más personas a regalar su melena y apoyar a enfermos de tumores malignos.

Ahí surgió “Doné mi cabello: de corazón a corazón”, un proyecto que empezó en diciembre del año pasado y que ha convencido a 18 personas a entregar su cabellera.

Las hermanas de 13 y 12 años, respectivamente, han hecho especial la donación de cabello al entregarles un certificado y un llavero elaborado por ellas mismas con pirografía.

La fuerza en el cabello

Noa Columba y su hermana Kala Sofía reconocen la lucha de las personas que padecen cáncer y que pierden su cabello con las quimioterapias, por lo que no dudaron en donar sus trenzas para esta causa.

Por semanas estuvieron investigando una manera para crecer la producción de pelucas, pues para hacer sólo una se necesitan al menos ocho trenzas de más de 25 centímetros de largo.

El propósito lo tienen claro, que mujeres y niñas con cáncer tomen la fuerza, la esperanza y vean el apoyo para luchar contra su enfermedad.

Su hermana menor tiene el mismo sueño, ayudar a la elaboración de pelucas oncológicas en beneficio de personas con cáncer u otro procedimiento delicado.

Las menores son integrantes del grupo Scout 34 Ubuntu B.P, y con la campaña de donación de cabello están cerca de conseguir la insignia “Mensajero de la Paz”, un reconocimiento a nivel internacional.

El parche se consigue con el registro en la plataforma internacional Scout for SDGs (https://sdgs.scout.org/), de las horas que dedican a la campaña: desde la elaboración de la trenza, el corte hasta que cierran la bolsa de papel con el mensaje al Banco de Tapitas.

Las historias detrás de la campaña

A pesar de su corta edad, las menores están motivadas por la campaña “Doné mi cabello: de corazón a corazón” por la sororidad con familiares de personas con cáncer y los pacientes.

A ellas han llegado casos como el de Elena, quien obtuvo el cabello para su peluca después de que su mamá, hermana e hija donaron sus trenzas, porque las encargadas del proyecto intervinieron en la recolección.

También el de otra adolescente de su edad, 13 años, que por tercera ocasión decidió cortarse su cabello para donarlo, todo como agradecimiento a la vida tras vencer la leucemia.

Algunas historias son de dolor, como la última donación de una mujer que entregó hace unas semanas su cabellera. La quería para aportar a la peluca de su mamá, pero el tiempo no le alcanzó murió de cáncer de colon.

¿Qué necesitas para donar tu cabello?

La primera opción es entregar una trenza cortada mayor a 25 centímetros.

La segunda es conectar al grupo Ubuntu 34 en Facebook para acudir de manera personal a realizar el corte. (https://www.facebook.com/profile.php?id=100082166302045)

Los requisitos son llevar el cabello limpio y seco, despuntado, no maltratado y con una medida mayor a 25 centímetros.

La unión familiar

Columba es buena dibujando y Sofía más creativa; son un complemento en esta campaña y ponen su dedicación para elaborar los llaveros de madera pirograbada que reconoce a los donantes de cabello.

Desde los 5 y 6 años han sido altruistas, juntaban las tapitas de envases de plástico en campañas de lucha contra cáncer a cargo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), donde tomaban clases de natación y gimnasia.

En la primaria, se integraron en el escuadrón de servicios médicos del Centro Escolar «Niños Héroes de Chapultepec» (Cenhch).

Su madre, Rosamaría y su esposo Armando fueron jóvenes scout y desde que eran novios compartieron actividades en los grupos hasta que se casaron. A sus hijas las integraron a los 8 y 9 años.

Para el futuro, Columba buscará estudiar una carrera relacionada en el área de la salud o criminología; Sofía aún está indecisa, pero le gusta la música y las artes.

Fotos: Especial

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