A pesar de haber obtenido su libertad el pasado 5 de abril tras cumplir una condena de 40 años en México, Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”, continúa en la mira de la justicia estadounidense. La Administración para el Control de Drogas (DEA) mantiene activa su ficha como fugitivo, bajo múltiples cargos federales, incluidos secuestro y asesinato de un agente federal, encubrimiento y conspiración para cometer crímenes violentos.
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La permanencia del nombre de Fonseca Carrillo en la lista de fugitivos refleja la postura inamovible del gobierno de Estados Unidos frente al asesinato del agente encubierto Enrique “Kiki” Camarena Salazar, cometido en 1985. La DEA ha reiterado en diversas ocasiones su intención de llevar ante la justicia a todos los responsables de ese crimen, considerado un atentado directo contra el aparato de seguridad estadounidense en el extranjero.
La ficha oficial de la DEA, publicada en su sitio web, advierte que Fonseca Carrillo, quien fue detenido en abril de 1985 en Jalisco, debe responder ante una corte del Distrito Central de California. “Armado y peligroso, anteriormente empleado como abogado”, señala la ficha, que incluye una fotografía en blanco y negro y una lista de los múltiples alias utilizados por el capo durante su carrera criminal.
En 2015, Washington solicitó formalmente su extradición. Sin embargo, la petición fue rechazada por el gobierno mexicano con base en el principio constitucional de non bis in ídem, que impide juzgar dos veces por los mismos delitos. Pese a ello, las autoridades estadounidenses han mantenido abierta la investigación, y el caso ha cobrado nuevo impulso con la reciente extradición de Rafael Caro Quintero y una nueva ofensiva legal.
El pasado 21 de marzo, la familia de “Kiki” Camarena presentó una demanda civil ante una corte federal en California contra Fonseca Carrillo, Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo. El documento los acusa de terrorismo internacional, homicidio premeditado y otros delitos graves, con base en la Ley Antiterrorista de 1991. La querella busca una compensación económica millonaria por el asesinato del agente y el daño emocional causado a sus familiares.
Mientras tanto, el otrora poderoso líder del Cártel de Guadalajara enfrenta un drástico deterioro físico y cognitivo. De acuerdo con testimonios familiares y documentos judiciales, Fonseca Carrillo padece cáncer de colon, hipertensión, reumatismo severo y parálisis parcial. Vive bajo prisión domiciliaria desde 2016, en una residencia del Estado de México, y su hija ha declarado públicamente que su padre ya no puede comunicarse ni recordar en qué año vive.
Sin embargo, para las autoridades estadounidenses, su estado de salud no cancela la responsabilidad penal por un crimen que marcó un antes y un después en la relación bilateral en materia de combate al narcotráfico. El nombre de “Don Neto” sigue vigente no solo en los archivos judiciales, sino también como símbolo del viejo narco que tejió redes de impunidad y poder político en las décadas pasadas.
Foto: Redes
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