La escritora mexicana Elena Poniatowska recibió hoy en la ciudad de Puebla la medalla Carmen Serdán, un merecido reconocimiento a su lucha en favor de la democracia en México. La distinción le fue entregada durante la ceremonia conmemorativa del 114 aniversario de la Revolución Mexicana. Además, fue nombrada Visitante Distinguida de la ciudad, debido a su destacada trayectoria en el ámbito periodístico y literario.
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Elena Poniatowska, nacida el 19 de mayo de 1932 en París, Francia, es una de las figuras más representativas de la literatura y el periodismo en México y América Latina. Su prolífica obra, que abarca géneros como la novela, el cuento y la crónica, ha sido reconocida a nivel internacional, recibiendo múltiples premios y distinciones.
Poniatowska nació en el seno de una familia culta y de alta posición social. Su padre, descendiente de la realeza polaca, y su madre, de origen mexicano, le proporcionaron un entorno multicultural que, a lo largo de su vida, nutriría tanto su perspectiva literaria como sus convicciones sociales. Durante sus primeros años, vivió en París, pero en 1942, debido a los efectos de la Segunda Guerra Mundial, su madre y ella se trasladaron a México, donde comenzó una nueva etapa de su vida
Tras su llegada a México, Elena Poniatowska se adaptó rápidamente al nuevo idioma y cultura. Estudió en el Windsor School y en el Liceo de México, y comenzó a formarse en el mundo de las artes, tomando clases de danza y piano. No obstante, fue en la vida académica y en su experiencia de juventud cuando consolidó su inclinación hacia la escritura. En 1952, decidió continuar sus estudios en Estados Unidos, donde cursó la secundaria y más tarde estudió en el Manhattanville College de Nueva York.
A pesar de no culminar el bachillerato, Elena Poniatowska optó por formarse en áreas prácticas y comenzó a trabajar en el ámbito administrativo. Sin embargo, fue a principios de la década de 1950 cuando dio sus primeros pasos como periodista, una carrera que marcaría su vida. Su primer trabajo relevante en el periodismo fue en el periódico Excélsior, donde sus crónicas comenzaron a destacar por su enfoque en las injusticias sociales y por su atención a las voces menos escuchadas. Poniatowska rápidamente se ganó el respeto tanto de sus colegas como de sus lectores, convirtiéndose en una figura clave en la prensa mexicana.
Elena Poniatowska es conocida por su estilo comprometido, que da voz a los marginados y refleja las tensiones sociales de México. Sus primeros libros reflejaron sus preocupaciones sobre el papel de la mujer en la sociedad, como en Lilus Kikus (1954), un cuento que explora la niñez y la identidad femenina. A lo largo de su carrera, Poniatowska ha abordado cuestiones profundas como la lucha de las mujeres, la injusticia social y los eventos históricos de gran trascendencia.
Una de sus obras más emblemáticas, La noche de Tlatelolco (1971), es una crónica sobre la masacre estudiantil ocurrida en 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, donde estudiantes fueron brutalmente asesinados por el gobierno. Esta obra consolidó su reputación como cronista de la realidad social mexicana y su capacidad para trabajar con testimonios de diversas personas involucradas en los hechos.
Poniatowska se ha destacado no solo por su producción literaria, sino también por su activa participación en los asuntos públicos y sociales. A lo largo de su vida, se ha mantenido fiel a sus ideales de justicia social y derechos humanos, particularmente en defensa de las mujeres y las víctimas de la opresión. Su obra Hasta no verte, Jesús mío (1969) muestra un profundo interés por la condición de las mujeres, mientras que Nada, nadie: Las voces del temblor (1988), refleja su compromiso con las víctimas del devastador sismo de 1985 en México.
En 1968, Elena Poniatowska se casó con el astrónomo Guillermo Haro, con quien tuvo dos hijos. Su vida familiar se vio marcada por tragedias, como la pérdida de su hermano Jean en un accidente automovilístico poco después de su matrimonio, y la muerte de su padre. A lo largo de su vida, Poniatowska ha hablado con sensibilidad sobre las dificultades personales que ha enfrentado, convirtiéndose en una figura de resiliencia.
Elena ha sido pionera en crear un espacio para las mujeres en la literatura mexicana. Libros como Las siete cabritas o Leonora destacan las vidas de figuras femeninas que marcaron la historia cultural del país. Su obra no solo es literatura, sino también un esfuerzo continuo por preservar la memoria histórica y colectiva. Entre sus libros más importantes se encuentran Tinísima (1991), sobre la fotógrafa Tina Modotti, y Todo México (1990), una colección de entrevistas que narran el país desde múltiples perspectivas.
Elena Poniatowska ha sido reconocida con una vasta cantidad de premios y distinciones, que incluyen el Premio Mazatlán de Literatura, el Premio Nacional de Periodismo, y el prestigioso Premio Cervantes, que la posicionan como una de las autoras más influyentes del mundo hispanohablante. Y un premio literario que lleva su nombre, instaurado en 2007 por el gobierno de la Ciudad de México. También es doctora honoris causa por universidades de todo el mundo. Su compromiso con la cultura mexicana se extiende a la Fundación Elena Poniatowska, que busca preservar y promover su legado literario.
Entre sus últimos trabajos destacan La vendedora de nubes (2009), Llorar en la sopa (2014) y El amante polaco (2019), que continúan explorando la complejidad humana, las relaciones sociales y las tragedias personales.
El estilo de Poniatowska es notable por su enfoque en la «polifonía testimonial», donde diferentes voces se entrelazan para ofrecer una visión múltiple de los hechos. A lo largo de su carrera, ha utilizado la entrevista y la crónica como herramientas fundamentales, creando un vínculo estrecho entre la literatura y el periodismo. Su capacidad para combinar la investigación histórica con la narrativa literaria le ha valido el reconocimiento como una de las autoras más completas de la literatura contemporánea.
Elena Poniatowska es una escritora que no solo ha dejado una huella imborrable en las letras de México y América Latina, sino que también ha desempeñado un papel esencial en la lucha por los derechos humanos y la justicia social. Su legado sigue vivo, alimentado por la riqueza de sus obras, su compromiso político y su visión única del mundo.
A sus 92 años, Elena Poniatowska continúa activa en la literatura y el periodismo. Su vida y obra son un testimonio de generosidad, pasión y compromiso con las letras y con México.
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