El 5 de noviembre de 2023, el mundo intelectual latinoamericano y global perdió a uno de sus más grandes exponentes: Enrique Dussel, el filósofo, teólogo e historiador argentino, falleció a los 88 años en la Ciudad de México, ciudad que había sido su hogar desde mediados de los años 70, tras ser forzado al exilio por la dictadura militar argentina. Su muerte dejó un vacío profundo, pero también un legado monumental que seguirá alimentando el pensamiento crítico en América Latina y más allá.
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Dussel, nacido en La Paz, Mendoza, en 1934, fue una figura central en la fundación de la Filosofía de la Liberación, un movimiento que rompió con las estructuras coloniales del saber y puso en el centro de su reflexión la realidad de los pueblos latinoamericanos y su lucha por la emancipación. Tras cursar Filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo, y doctorarse en la Universidad Complutense de Madrid, continuó sus estudios en París, donde profundizó en Teología e Historia en La Sorbona. Este bagaje intelectual le permitió consolidar una carrera que abarcó más de 50 libros y 400 artículos, todos marcados por su firme compromiso con las luchas sociales.
La obra de Dussel se centra en la necesidad de una descolonización del pensamiento, un concepto que defendió con convicción y claridad: «Sin una descolonización del pensamiento no hay revolución». Para él, la modernidad, con su epicentro en Europa, había construido una visión lineal y hegemónica de la historia que relegaba a América, Asia y África a la periferia. En su lugar, Dussel abogó por un pensamiento crítico que reivindicara la Otredad, reconociendo al Otro como un ser libre y digno, no como un objeto de explotación.
La Filosofía de la Liberación surgió en los años 70 como una respuesta directa a las dinámicas de dominación impuestas por el colonialismo y el imperialismo. Inspirado por las luchas de los pueblos oprimidos, Dussel desafió las categorías del pensamiento moderno europeo, buscando poner en valor las culturas, lenguas y tradiciones de América Latina. Para él, la liberación no era solo un concepto abstracto, sino una praxis que debía desarrollarse desde y para los sectores marginados.
Uno de los aportes más significativos de Enrique Dussel fue su trabajo en el campo de la ética. A través de su método analéctico, buscaba una forma de pensamiento que no solo reconociera la alteridad, sino que la situara en el centro de la reflexión filosófica. Este enfoque no era puramente teórico: Dussel defendía que el encuentro con el Otro implicaba una responsabilidad ética que debía traducirse en acción política. Este compromiso con los excluidos y marginados lo vinculó profundamente con la Teología de la Liberación, un movimiento que también contribuyó a desarrollar.
Su propuesta de trans-modernidad fue igualmente revolucionaria. No se trataba de rechazar completamente la modernidad, sino de integrarla en un marco que diera cabida a otras formas de racionalidad, otros modos de entender el mundo. Esta visión fue fundamental para deconstruir el capitalismo, el colonialismo, el racismo y el sexismo, con la intención de construir un futuro más justo y equitativo.
Dussel se convirtió en un referente ineludible para toda una generación de pensadores latinoamericanos que cuestionaron el orden global impuesto por las potencias occidentales. Su legado, sin embargo, no se limita al ámbito académico: es un llamado a la acción, una invitación a seguir luchando por la emancipación de los pueblos oprimidos.
Hoy, su obra sigue siendo una fuente de inspiración para quienes buscan construir un mundo más justo, donde la dignidad humana no sea una excepción sino una regla. La Filosofía de la Liberación de Enrique Dussel nos recuerda que la verdadera revolución comienza en el pensamiento, pero no puede quedarse ahí: debe traducirse en una praxis concreta que transforme las estructuras de opresión.
Enrique Dussel no solo fue un pensador brillante, fue también un luchador incansable por la justicia social, cuya huella vital sigue marcando el rumbo de la filosofía latinoamericana.
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